Gladys reveló en Infama que hace un tiempo se viene sintiendo mal y que, casualmente, los síntomas aparecen cuando llega al teatro. Ella descarta que la 'mala onda' venga de parte de sus compañeros de elenco y lo asocia directamente con la envidia que le genera a otros su gran momento profesional.
"Cada vez que llego al teatro me empiezo a sentir mal, me descompongo, me dan ganas de vomitar y me duele la cabeza. Me siento rara y mal, me asusto. No me gusta estar así. Ahora por ejemplo, me siento muy mal. Parece que tengo una intoxicación y me duele la mitad de la cabeza", reconoció en Infama.
Y como quién no quiere la cosa, deslizó su teoría de 'gualicho'. "Soy susceptible a las malas energías. En el teatro, gracias a Dios mis compañeros son buena onda pero sí siento envidia del afuera. Es feo que exista gente así".
Como para combatir el mal, la Bomba tiene su método: "Yo creo muchísimo en Dios y me escudo en él, siempre. Tengo agua vendita y me puse, le puso a mi hijo y a las cosas que hay en el camarín".