
Después de semanas de tensión, Mauro Icardi logró reencontrarse con sus hijas Francesca e Isabella, fruto de su relación con Wanda Nara. Sin embargo, el encuentro se dio bajo un estricto marco judicial que impuso varias condiciones para garantizar el bienestar de las niñas en medio del conflicto entre sus padres.

Entre las pautas fijadas, se estableció que las niñas serían trasladadas hasta la puerta del barrio donde vive Icardi por una persona de confianza de Wanda Nara. Allí, el futbolista debía recibirlas sin compañía de terceros, es decir, sin la presencia de su actual pareja, Eugenia "la China" Suárez, ni de la niñera que habitualmente cuida de las menores.
Otra de las condiciones relevantes fue que las mascotas, que suelen acompañar a las niñas, no podrían estar presentes durante la visita. Esta medida apunta a evitar cualquier tipo de conflicto adicional durante el reencuentro, buscando que el tiempo compartido sea exclusivo entre el padre y sus hijas.
El Ministerio Público Tutelar, que interviene en este tipo de situaciones, realizó una llamada de control a la mitad de la jornada para supervisar cómo se desarrollaba el encuentro. Esta intervención forma parte del protocolo judicial para asegurar que el contacto entre las niñas e Icardi se mantenga en un ámbito saludable y respetuoso.
Este reencuentro representa un primer paso en un contexto aún tenso entre Icardi y Nara, quienes atraviesan una disputa legal por la custodia de las menores. De ahora en adelante, la Justicia continuará vigilando el cumplimiento de las pautas fijadas en los futuros encuentros, siempre priorizando el bienestar emocional y físico de las niñas.