Augusto Tempesta tiene 41 años, es de La Plata y fue adoptado en medio de múltiples irregularidades.
Tiene Síndrome de Marfan al igual que sus hijos, y necesita conocer la verdad: armar su rompecabezas.
“Nací en abril de 1983. Me crié en una familia en la cual mi abuela adoptiva, Olga Masci de López, de profesión obstetra, realizaba abortos clandestino y vendía bebes. Ella junto a Blanca Lima eran las cabecillas de una banda de parteras dedicadas al tráfico de bebés”, explicó.
“El lugar de nacimiento no lo sé porque mi expediente de guarda fue armado con mentiras con el aval de un juez de menores” siguió Augusto. Algo similar ocurre con el expediente de adopción: “Hay falacias, falsos testimonios y severas inconsistencias”.
Familiares de Olga lo adoptaron. Augusto reflexiona: “Se ve que no pudieron venderme o sintieron cierto cariño o remordimiento”.
“A mí materialmente nunca me faltó nada. Siempre me resguardaron para que sea considerado un hijo biológico”, agregó.
Sin embargo, todo cambió cuando tenía 22 años y había tenido a su primer hijo: “Me entero de mi apropiación cuando fui al Registro de las Personas a buscar mi acta de nacimiento. Figuro como NN. A partir de ahí empecé el camino de la búsqueda de la verdad, que me fue muy difícil de transitar”.
“Se empantanaba con más mentiras e incoherencias. Cada vez que preguntaba, mis apropiadores reaccionaban con agresiones verbales que subían de tono, llegando a veces a violencia física”, recordó Augusto.
Por otro lado, reveló que tuvo dos intentos de suicidio. Poco tiempo después se enteró que su hijo tiene “una enfermedad genética rara y poco frecuente”. Se trataba del Síndrome de Marfan. Augusto quiere que este Síndrome sea más conocido y ayudar a las personas a su rápida detección.
En otro pasaje, recordó que sus padres apropiadores lo han llamado “bastardo”. “Sufrimos varias situaciones que pusieron en riesgo a mí y a mi familia. Detrás de estas redes hay un poder que los protege”, señaló.
“Quiero conocer mi identidad. Hay un agujero negro que me acompaña desde mi infancia”, insistió el papá platense.
Y completó: “Sé que va a ser ofensivo para los miembros de mi familia apropiadora que aún siguen vivos, y que formaron parte de estas atrocidades por codicia y dinero, pero necesito continuar mi vida por el camino correcto y resguardar a mis hijos”.