Axel Kicillof no pudo cerrar el año con la aprobación del Presupuesto 2025, la ley fiscal-impositiva y el pedido de endeudamiento. Todo quedará para febrero.
Era una misión muy desafiante: sacar tres leyes claves en las dos cámaras, donde el oficialismo no cuenta con mayoría propia. Encima, el pedido de endeudamiento exige dos tercios de los votos. Se necesitaban acuerdos muy aceitados.
Ya desde el jueves el gobierno bonaerense avisaba que era un “a todo o nada”. No servía aprobar solamente el Presupuesto 2025 y la ley fiscal-impositiva. Tenía que salir el paquete completo.
En esencia, Kicillof necesita la adhesión de los libertarios dialoguistas y del conjunto del bloque radical para colar la aprobación del endeudamiento. Sin el apoyo de esos dos espacios, no hay matemática que valga.
Hay tres focos para zanjar las diferencias. El más importante tiene que ver con el monto del fondo que recibirán los intendentes. Es un tema que interesa al radicalismo que gobierna varios municipios en el interior bonaerense. En enero se retomarán las negociaciones.
Este sábado, Kicillof indicó que se trata de un reclamo “lógico” y que es parte de una “negociación”. Facundo Tignanelli, jefe del bloque de Unión por la Patria y referente de La Cámpora, también confía en que se podrán seguir acercando posiciones en el monto final de dicho fondo para municipios.
El segundo punto está vinculado a la renovación de cargos en organismos públicos que históricamente corresponden a dirigentes no oficialistas. Y, en tercer lugar, la oposición no quiere quedar pegada a subas impositivas desmedidas. Los radicales pidieron “bajar impuestos”, y desde la Provincia proponen que los impuestos no crezcan en términos reales. Es decir, que evolucionen por debajo de la inflación prevista.
En el revuelo de repercusiones, Verónica Magario no anduvo con rodeos. Acusó a la oposición de “atentar contra la gobernabilidad”. “Poniendo palos en la rueda, generando dificultades donde no las había, la oposición privilegió sus posiciones especulativas antes que las necesidades de las y los bonaerenses”, lanzó.
Tignanelli fue más diplomático y no cargó las tintas contra la oposición. Confía en enero para zanjar las diferencias. “No vamos a permitir que quiebren a la provincia de Buenos Aires ni que la sometan a ninguna extorsión”, sostuvo Kicillof, más enfático, aunque también sabe que la posibilidad de llegar a un acuerdo con los radicales y libertarios dialoguistas no es lejana.
Desde La Libertad Avanza tendieron un puente simbólico con el difunto Juntos por el Cambio. “Junto a la UCR, al PRO y a la CCARI logramos evitar que Kicillof destruya a impuestos a los bonaerenses. Volveremos a discutir el presupuesto en febrero porque con nosotros para seguir aumentando el gasto público, los impuestos y la deuda NO CUENTA”, posteó Agustín Romo, dando crédito a los otros espacios.
La bullrichista Florencia Retamoso se dirigió en el mismo sentido: “Junto al PRO, la UCR y la CCARI frenamos el intento de Kicillof de seguir asfixiando a los bonaerenses con más impuestos. En febrero volveremos a debatir el presupuesto, pero que quede claro: no vamos a ser cómplices de más gasto público, impuestos y deuda”. ¿Habrá sido una bajada de línea nacional para fortalecer el vínculo con espacios cercanos? La reciente reunión de Javier Milei con el bloque radical quizás haya sido el puntapié de una nueva estrategia de vinculación. Veremos.
