

Diego Salvatierra tiene 45 años, es de La Plata y la rompe en el mundo de los tatuajes.

“Ya me interesaba desde muy chico. Aproximadamente a los 16 me hice mi primer tatuaje. Ahí empecé a pasar por los locales para chusmear cómo trabajaban, y también me compraba las revistas de tatuajes”, recuerda en diálogo con LAPLATA1.com.
Desde el año 2000 se metió de lleno y gracias a un amigo pudo adquirir su primera máquina: “Ahí arrancó esta hermosa experiencia”.
“Mi primer tatuaje fue a un amigo. Era el nombre de su primera hija. Fue una experiencia re linda ya que tenía mucho significado para él. Obviamente que tenía nervios y mucha responsabilidad porque trabajamos sobre la piel de una persona”, explica Diego.
En el 2005, cuando ya tenía bastante cancha en el rubro, montó su propio local: fue en 80 entre 1 y 115. En ese momento no eran tantos los que tatuaban por fuera del centro de la ciudad.
“Con el paso del tiempo, en el 2015, me puse mi estudio privado. Quería más privacidad para poder hacer mejores trabajos y brindar mucho más tiempo a mis clientes”, subraya Diego.
En sus inicios, Diego mantuvo una pasión compartida: jugó en las divisiones inferiores de Estudiantes de La Plata. Comenzó a los 11 años y llegó hasta la cuarta división. “Jugué en el pincha hasta el 1998, la época de Patricio Hernández”, todavía recuerda.
Un amistoso con Banfield sería el principio de su final en Estudiantes: Diego se quebró el tobillo y luego quedó libre. También jugó para For Ever, donde salió campeón en el 2000, y en Estrella.
“Gracias al tatuaje conocí grandes artistas. Con el tiempo también pude hacer muchos amigos que hoy siguen siendo parte de esto. Algunos son como familia. Nos juntamos a dibujar y a preparar diseños para cuando vamos a competir a las convenciones”, explica.
Y completa: “Hoy me estoy metiendo y dedicando al estilo japonés. Sigo dibujando e investigando esta hermosa cultura ya que nunca dejamos de aprender en el tatuaje”.