Diversas investigaciones científicas arrojaron alarmantes datos sobre los niveles de contaminación en los equipos de gimnasio.
Un estudio de la Universidad Federal de Juiz de Fora (UFJF), en Brasil, identificó que máquinas como las pesas, prensas de piernas y mancuernas se encuentran entre los equipos más contaminados, con una alta presencia de microorganismos perjudiciales para la salud.
Otro estudio encargado por una empresa de maquinaria de fitness en Estados Unidos reveló que las cintas de correr y bicicletas estáticas pueden acumular más de un millón de gérmenes y bacterias por centímetro cuadrado, de los cuales más del 70% son peligrosos para la salud.
Además, se encontró que las pesas tienen hasta 362 veces más bacterias que un asiento de inodoro.
La proliferación de microorganismos en los gimnasios es favorecida por varios factores.
El principal es la sudoración constante de los usuarios, especialmente en días cálidos, lo que crea un ambiente húmedo y propicio para el crecimiento de bacterias y hongos. Según el biomédico brasileño Roberto Figueiredo, conocido en sus redes sociales como Doctor Bacteria, el sudor facilita la propagación de patógenos en el equipo de ejercicio, en especial cuando los usuarios no toman precauciones básicas de higiene.
Los gimnasios que carecen de un sistema de refrigeración adecuado también contribuyen a este fenómeno. Los ambientes calurosos y mal ventilados intensifican la multiplicación de microorganismos, haciendo que las superficies compartidas, como las colchonetas y las máquinas, se conviertan en focos de infección.
Entre las enfermedades más comunes vinculadas a la falta de higiene en los gimnasios destacan diversas infecciones de la piel y enfermedades respiratorias.
Las infecciones cutáneas, como la tiña, son provocadas por hongos que proliferan en ambientes húmedos, como los vestuarios o equipos mal desinfectados, según explicó el dermatólogo Luiz Gameiro, miembro de la Sociedad Brasileña de Dermatología.
La conjuntivitis, una inflamación del ojo causada por bacterias o virus, puede propagarse fácilmente al tocarse los ojos después de utilizar superficies contaminadas.
Además, las enfermedades respiratorias, como la gripe y el resfriado común, se propagan rápidamente en estos espacios debido al contacto constante con superficies compartidas y al aumento de la frecuencia respiratoria durante el ejercicio. También se reportaron casos de diarrea como una afección derivada del contacto con equipos contaminados.
Los expertos coinciden en que el simple hecho de lavarse las manos antes y después de entrenar ayuda a reducir la microbiota transitoria, es decir, las bacterias y virus que se adquieren al tocar superficies compartidas.
Además, se recomienda limpiar los equipos antes y después de usarlos con alcohol o toallitas desinfectantes proporcionadas por los gimnasios.
El uso de una toalla individual también es una medida efectiva para evitar el contacto directo con superficies contaminadas. Esta toalla se puede usar tanto para secarse el sudor como para cubrir los equipos durante su uso.
Las medidas de higiene recomendadas para los gimnasios son tanto responsabilidad de los usuarios como de los propietarios de los centros. Los expertos sugieren que los gimnasios deben proporcionar toallas de papel y alcohol desinfectante para que los usuarios limpien los equipos antes y después de su uso.
Además, es esencial que estos establecimientos cuenten con un acceso fácil a baños y lavabos para que los usuarios puedan lavarse las manos correctamente.
Otra recomendación clave es la limpieza periódica de los ambientes de entrenamiento, utilizando productos adecuados para desinfectar las superficies en contacto con los usuarios.