Hay un beatle en Argentina y como cada vez que sucede, la música gira en torno a él. Sir Paul McCartney llegó a Argentina procedente de Montevideo, donde comenzó este tramo del Got Back Tour.
El sábado 5 y domingo 6 tomará por asalto el Estadio Monumental para hacer vibrar a sus fanáticos con más de treinta canciones y casi tres horas de show, y el 23 será el turno de Córdoba, en el Mario Alberto Kempes.
El músico de 82 años llegó en la madrugada del miércoles y desde ese momento empezaron a circular un clásico de este tipo de visitas: los curiosos pedidos, esas excentricidades reservadas a las grandes estrellas del espectáculo, que pocas lo merecen tanto como él.
? #PaulMcCartney en Argentina ?? Recién llegado de Montevideo a las 2:30 de la madrugada, preparando todo para sus esperadas presentaciones en el país. ¡Leyenda viva del rock! ?? #PaulEnArgentina #Música pic.twitter.com/wRfVeVzPIK
— Cítrica (@somoscitrica) October 2, 2024
Según trascendió, el beatle viaja acompañado de su chef personal, encargado de preparar menús vegetarianos no solo para él y su esposa, Nancy Shevell, sino también para su equipo. Entre las solicitudes alimenticias de McCartney se encuentran una variedad de frutas de estación y verduras, incluyendo opciones como el repollo chino y el Cavolo Nero.
Además, ha solicitado 50 filetes de “pollo falso”, 60 salchichas vegetarianas, hamburguesas veganas, tofu y arroz integral. En cuanto a las bebidas, su lista incluye una selección de leches que abarca desde la de vaca hasta alternativas vegetales como avena, soja, arroz, almendra y coco.
El autor de “Yesterday” también ha requerido bagels al estilo neoyorquino, barras de chocolate y alimentos orgánicos. Su selección de bebidas es igualmente variada, incluyendo agua mineral italiana, té japonés, cervezas de diferentes marcas, licores, vinos y tequilas. Además, uno de sus requerimientos habituales es un piano en su habitación de hotel, lo que le permite tocar en su tiempo libre.
Mientras tanto, sus fanáticos se agolpan en la vereda del Four Seasons con la ilusión de ver pasar, o al menos asomarse, o aunque sea respirar casi el mismo aire que la leyenda británica.