La victoria ante Defensa y Justicia, que le permitió a Estudiantes cortar la racha de seis encuentros sin festejos, no entregó únicamente buenas noticias. Es que la lesión de Guido Carrillo traería algunas complicaciones por un lapso aproximado de un mes, y de tal modo, si no incorpora a nadie más, Eduardo Domínguez tendrá que apelar para jugar allí a los pibes de la cantera, que siguen siendo tema de discusión en este ciclo del "Barba".
Sucede que a la ausencia del goleador de Magdalena por 3 o 4 semanas, se suma la baja por varios meses de Mauro Méndez por su rotura de ligamentos cruzados y encima aún no tiene a disposición a Luciano Giménez, que sufrió una lesión muscular de grado 2 en el sóleo de su pierna izquierda el pasado 19 de septiembre y está transitando el día 11 de recuperación. De acuerdo entonces a los tiempos previstos, cumpliría recién las dos semanas el jueves 3, a escasas horas del encuentro con Banfield.
¿Apelará en ese caso Domínguez a los pibes? Respecto a esto, en conferencia de prensa, fue tajante. "No tenemos problemas en poner a los chicos. Instalan que no me gustan pero cuando los tengo que poner, lo hago. No soy tan loco. Ningún jugador me vino a plantear o la dirigencia porque bajó tal o cual. No tenemos dos huevos fritos en la cara. Los vemos a ellos. Y cuando me viene a hablar un jugador de x cuestión, yo le digo 'te tenes que ganar la confianza de tu compañero'", afirmó al respecto.
Además, el DT entendió que esta situación no es exclusiva de Estudiantes y explicó que "es un problema generacional, de muchos chicos y clubes", al tiempo que fundamentó que "tienen que seguir con el proceso de Reserva porque Primera división es otra cosa y si no crecen o no lo sostienen les va a ser duro". "Suben a un equipo que busca pelear constantemente, y hay presión porque Estudiantes se instaló en otro lugar y no es para todos. Nosotros los entendemos y yo soy una persona paciente", concluyó.