Cuando la medicina aún no había consolidado su protagónico lugar en la salud de la persona promedio, una serie de remedios que lo prometían curar absolutamente todo ganaban la escena.
Ese fue el caso de un comerciante de 7 y 55, que salvó a sus dos hijos de la mano inequívoca de unos elixires mágicos y se volvió furor en su época.
Es que, a principio del siglo pasado, incluso el uso de algunos aperitivos se había extendido a gran parte de los argentinos y hasta los mismos médicos de prestigio comenzaron a usarlos.
En ese contexto, algunos más famosos como el “Hierro-Quina Peretti” se volvieron muy populares y hasta siguen existiendo al día de hoy, con las obvias distancias.
Lo cierto es que la sustancia que usó este comerciante, dueño de la tienda y mercería “La Oriental”, no era tan conocida. De todas formas, vaya que dio resultado: la historia prosperó hasta nuestros días.
El 10 de marzo de 1902, el relato de Dalmiro Ferrer salió a la luz y se volvió furor. “Me es muy satisfactorio manifestarle que con el ‘Digestivo Mojarrieta’ he obtenido la curación completa de mis dos hijos”, se publicó en Caras y Caretas.
Su hija, Mercedes, estaba realmente complicada en aquel momento. Sufría dolores de estómago extremadamente fuertes y ningún medicamento la había podido aliviar. Sin embargo, exactamente “18” tubos del Digestivo Mojarrieta la curaron. Gracias a ello, pudo volver a comer con normalidad.
Llama la atención, sin dudas, la magia del elixir que le dio el comerciante a sus hijos, que hizo un doble efecto. Antonio, que tenía náuseas, se curó por completo apenas tomó dos tubos.
La historia de la familia de Dalmiro Ferrer fue furor en aquel entonces, donde se publicaban casos extraordinarios y “curaciones” que parecían imposibles.
