Mientras las partes no aclararon las razones profundas de lo sucedido, trascendió cuál habría sido el motivo que hizo que el Papa Francisco pidiera la renuncia del Arzobispo de La Plata, Gabriel Mestre.
Según informó El Día, la salida de Mestre estuvo relacionada a lo ocurrido en la diócesis de Mar del Plata a partir de su traslado a La Plata.
El 16 de septiembre de 2023 Mestre asumió como Arzobispo de La Plata y a partir de entonces comenzaron a darse una serie de hechos y renuncias que terminaron con una protesta en la misa del Jueves Santo en la Catedral de Mar del Plata.
Ese día, feligreses protestaron por el traslado del vicario general local, el padre luis Albóniga, a Jujuy, decisión que la Santa Sede tomó para dar inicio a una investigación sobre su gestión como administrador diocesano, en la práctica una especie de coordinador de la transición entre la salida de Mestre y su sucesor, que para ese entonces sumaba varios intentos frustrados.
En noviembre, el Vaticano nombró a monseñor José María Baliña como nuevo obispo de. Tres semanas después, Baliña renunció argumentando "problemas de salud".
La Santa Sede decidió que monseñor Gustavo Larrazábal fuera el sucesor, pero tres días antes de asumir, a mediados de enero, comunicó su decisión de no hacerlo en virtud de la denuncia por acoso y abuso de poder sobre una empleada entre 2007 y 2013 que pesaba en su contra. Larrazábal, quien era obispo auxiliar de San Juan, finalmente fue desafectado judicialmente por falta de mérito.
Los feligreses de Mar del Plata pensaron que era el momento que Albóniga, de quien destacan su carisma, inteligencia, humildad y cultura, asumiera como obispo. Sin embargo, Jorge Bergoglio decidió nombrar un nuevo administrador diocesano, un hombre de su confianza: Ernesto Giobando, obispo auxiliar de Buenos Aires.
Casi en simultáneo, ya que fue dos semanas después, Albóniga fue trasladado a la diócesis de Jujuy "debido a que se realizará un procedimiento canónico relacionado a esclarecer su actuación durante su tarea de administrador diocesano", informó el obispado de Mar del Plata a través de un comunicado con fecha 30 de enero.
La tensión fue creciendo a tal punto que Giobando no viajó a Roma para asistir el 10 de febrero a la canonización de Mama Antula, la primera santa argentina, a pesar de haber sido el impulsor oficial de la causa y de haber tenido un rol preponderante en la curación sin explicación desde la ciencia de un hombre santafesino al haberle pedido a los familiares que le rezaran a la mujer para intercediera ante Dios y se diera el milagro de su curación.
En paralelo, quienes respaldaban a Albóniga resaltaban que "atrae a feligreses de otra parroquias, en particular por sus homilías, que son de inusual calidad, tanto en lo religioso como en lo espiritual" y que "en las misas la parroquia desbordaba y colmaba sobradamente su capacidad".
El punto cúlmine fue lo ocurrido en la misa de Jueves Santo, una especie de rebelión de los feligreses, lo que para el Papa fue un capítulo más de una acción que sino amparada al menos no fue desactivada oportunamente por Mestre, que a esa altura ya se había cobrado la designación de dos obispos.
Esto derivó en que Mestre fuera convocado a la Santa Sede, donde el propio Francisco le solicitó que dejara el cargo de arzobispo de La Plata. "En la Ciudad Eterna, después de confrontar algunas percepciones distintas con lo acontecido en la diócesis de Mar del Plata desde noviembre de 2023 hasta la actualidad, el Papa Francisco me pidió la renuncia a la sede platense", escribió Mestre en el comunicado conocido esta semana sobre su dimisión, sin mayores detalles.
