Sofía y Santiago son dos jóvenes que se conocieron de una forma muy particular en medio de una “fuga” por parte de ella. Una fuga de La Plata a Carlos Paz. Ahora viven en la Ciudad de las Diagonales pero planean retornar a Córdoba.
La joven cuenta a LAPLATA1.com la historia. Todo se remonta a junio del 2021 cuando estaba finalizando la Secundaria y comenzó un emprendimiento con una amiga.
“Yo tenía trabajo por la juguetería de mis abuelos. Contaba con algo de plata pero quería tener más”, confiesa entre risas. Con la plata que tenía ahorrada y lo que su amiga recibió de los padres comenzaron a vender postres. “Los vendíamos a 150 pesos”, recuerda. Otro país.
“Ella tenía su freidora, mi abuela una cocina y horno pizzero, y lo preparamos todo en su casa. Estuvimos trabajando 6 meses, nos iba bien pero de a poco ya no nos entendíamos mucho. Yo lo quería tomar como un trabajo y no como un pasatiempo”, señala Sofía.
Así fue que ella decidió seguir el proyecto pero por su cuenta. Al poquito tiempo llegaron a La Plata sus tíos de Misiones. No tenían trabajo. Sofía les propuso que la ayuden en su proyecto y aceptaron.
“Estuvimos como un año y medio hasta que subieron mucho las cosas, y nos costaba reponer. Teníamos bastantes clientes pero nos subían mucho los costos”, subraya, y así fue decidieron hacer un parate.
Pero Sofía no podía quedarse quieta: “Yo me fui a vivir a Córdoba unos meses. Estuve en Carlos Paz. Me tiré el lance, sin nada, y conseguí trabajo. El tema es que eso es mucho por temporada, entonces en un momento se cortó un poco”.
Después reconoce con algo de risas: “No les dije nada a mis familiares. Me fui de vacaciones una semana y al segundo día tiré CV y conseguí trabajo”.
Es en este momento que aparece Santiago en escena. El cordobés. “Ahí conocí a mi novio y nos enteramos que estaba embarazada”, señala. Todo muy rápido. Hoy Sofía tiene un embarazo de cuatro meses.
¿Y ahora qué hacer con el nuevo bebé que se avecinaba? Sofía le propuso a Santiago volver a La Plata y reflotar el proyecto de comidas. Él aceptó y ahora es un platense más.
“Reabrimos y a la semana pude devolver la plata que me habían prestado mis abuelos y tíos. Cuesta todo pero acá estamos, tratando de ponerle onda y hacerlo con amor”, dice la joven.
“Por suerte nos está yendo muy bien con nuestro emprendimiento. Él es muy compañero y me ayuda en todo lo que puede. Pensamos volver a vivir a Córdoba con nuestro bebé en algún momento. Allá es mucho más tranquilo y hasta el aire es otro. Podés salir de noche sin miedo, la gente es distinta”, completa Sofía.
