Ocurrió en 7 entre 50 y 51. Bocinazos, gritos, un par de piñas y luego patadas contra un automóvil. Fueron un par de minutos y en pleno centro de La Plata. La escena grafica la "furia" en la que se desencadenan distintos episodios de tránsito.
Allí, el conductor de un Ford Ka estacionó sobre la avenida y según relató, lo hizo "en la parada de taxis para no hacerlo en doble fila y porque solo había un auto" mientras esperaba que su hijo saliera de la sala de cines ubicada en la galería San Martín.
"Bajé la ventanilla para explicarle que aguanten un minuto hasta que saliera mi hijo, que no perjudicaba a nadie. La respuesta fue una animalada. Una piña en el ojo. Y no alcancé a recuperarme, que vino otro golpe. Y aparte, con otro más, me partieron el espejo", agregó.