Tras un 2023 con escasísimo trabajo en la Legislatura Bonaerense, el recambio de ambas cámaras arroja un escenario de hiperfragmentación opositora.
Axel Kicillof perdió diputados y senadores. Era lógico: defendía la impresionante cosecha del 2019. Imposible de repetir. Pero Juntos por el Cambio también bajó su representación y encima con fracturas por todos lados.
En la última sesión, la ensalada opositora quedó de manifiesta, sobre todo en la Cámara de Diputados. Los radicales están formalmente divididos en dos bloques: uno mayoritario dispuesto a jugar en tándem con el PRO, y otro de tinte “socialdemócrata” que no quiere convalidar la “colaboración” amarilla con Javier Milei.
El PRO tiene su propio bloque pero ya en la primera votación fuerte hubo divisiones. Las diputadas de Patricia Bullrich, Florencia Retamoso y Sofia Pomponio, no convalidaron los proyectos de Kicillof. La propia Ministra de Seguridad las felicitó públicamente.
El resto del espacio amarillo negoció fuertemente. Fueron horas frenéticas. Quedaron envueltos en una encrucijada: conseguir “buenas” noticias para los intendentes propios con el costo político de levantar la mano y quedar pegados al oficialismo.
“En esta sesión logramos reducir a la mitad el impuestazo que quería implementar el gobierno de la provincia perjudicando aún más la economía de los bonaerenses”, se justificó el senador del PRO, Alex Campbell, para calmar la furia de los militantes amarillos.
Del lado radical que también prestó colaboración aseguraron que “otorgamos una herramienta necesaria al gobernador y logramos que se reconozca la difícil situación que atraviesan los vecinos”.
Paradójicamente, el sector de “Juntos por el Cambio” más cercano a Milei (bullrichismo) y el más alejado (el bloque de los radicales díscolos "socialdemócratas") votaron de la misma manera: en contra. Kicillof negoció con los componentes intermedios: el sector del PRO y la UCR que tienen territorialidad. Las urgencias de los intendentes constituyen una carta que el Gobernador usa para negociar.
Los archipiélagos de “Juntos por el Cambio” abren un mayor abanico de posibilidades para negociar por parte del oficialismo bonaerense, pero incluso dentro de “La Libertad Avanza” hay diputados dispuestos a colaborar.
En la última sesión, el legislador Gustavo Cuervo, que ingresó por la lista de Milei, pidió que haya una colaboración recíproca. Una especie de pacto: que el peronismo bonaerense le dé gobernabilidad a Milei en el Congreso a cambio de colaboración libertaria en la Legislatura para allanarle el camino a Axel Kicillof. De manera más elegante: que no haya bloqueo mutuo.
El bloque de Cuervo es el mayoritario dentro de “La Libertad Avanza” pero es mirado de reojo por los puristas libertarios, representados por Nahuel Sotelo y Agustín Romo, quienes los acusan de haber traicionado a Milei y “venderse” al peronismo.
Lo concreto es que el bloque de Cuervo (que en realidad es comandado por Constanza Moragues, amenazada por los libertarios en las redes sociales) se compone de 9 legisladores. Un puente “inesperado” que Kicillof puede cruzar para conseguir votos en situaciones límites durante el 2024.