SIBO, también conocido como “síndrome del asa ciega”, significa sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO, por sus siglas en inglés). Este síndrome se produce cuando hay un aumento anormal de toda la población bacteriana en el intestino delgado de los tipos de bacterias que normalmente no se encuentran en esta porción del tubo digestivo.
Este sobrecrecimiento de las bacterias se genera a expensas de la flora intestinal que es normal que esté en todo el tubo digestivo. El exceso de bacterias de tipo colónico (intestino grueso) en el intestino delgado que fermentan los carbohidratos provenientes de la alimentación, genera un desequilibrio en la microbiota intestinal lo que lleva a una mayor producción de gas provocando las molestias digestivas descriptas por los pacientes que padecen SIBO.
Qué causa el SIBO
Los factores que influyen en la alteración del equilibrio normal de la flora intestinal (o desequilibrio de la microbiota) pueden ser por causas genéticas (anormalidades en la anatomía) alteración de la motilidad, el PH y la inmunidad intestinal; la forma en la que nacimos (parto natural o cesárea), cómo fue nuestra alimentación desde el nacimiento (pecho o formula) la introducción de alimentos a partir de los seis meses de edad hasta la manera de alimentarnos en la actualidad, el uso de antibióticos y su mal uso (automedicación) así como de otros medicamentos y la exposición ambiental a ciertos tipos de microbios.
Cúales son los Síntomas del SIBO
El intestino delgado es la porción mas larga del tubo digestivo, mide alrededor de 7 metros variando su longitud según cada individuo. Es el órgano de nuestro cuerpo por el cual los alimentos ingeridos continúan su paso desde el estómago donde son integrados con el resto de los jugos digestivos para la posterior absorción de nutrientes al torrente sanguíneo.
El exceso de bacterias en el intestino delgado causa diarrea pudiendo provocar pérdida de peso y malnutrición por mala absorción de nutrientes debido a las toxinas que las bacterias producen interfiriendo en el proceso de absorción generando deficiencias de vitaminas A, D, E, B12 y hierro que pueden generar anemias, trastornos neumológicos y enfermedad ósea. En el intestino grueso (tercera porción del intestino) se pueden encontrar algunos restos de gases producto de la combustión por parte de la flora intestinal de alimentos fermentativos (algunos vegetales, frutas, cereales, legumbres, lácteos, frutos secos y azucares) que en presencia del sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado generan aumento de la presión dentro de la luz intestinal generando distención y dolor abdominal acompañado de diarrea o constipación según el tipo de bacteria y como se desarrolla. Muchas veces se acompaña de pesadez, fatiga y migrañas.
Cómo se diagnostica
Este síndrome genera una serie de síntomas qué complican su diagnóstico en un principio ya que corresponden de igual manera a otras patologías digestivas. La distención las nauseas y la diarrea son signos y síntomas de muchas enfermedades intestinales.
Como te cuento en la columna de radio emitida el pasado jueves referente al tema (que podés volver a escuchar y ver en @eugerimoldinutricion y en @laplata1) para su diagnóstico pueden realizarse diferentes estudios el más sencillo es la “prueba o test de aliento” que mide la cantidad de hidrogeno y metano espirado y consiste en exhalar aire en un dispositivo luego de beber una solución de glucosa y agua.
También puede realizarse un aspirado del intestino delgado y cultivo de líquidos que se realiza mediante endoscopia para obtener una muestra del líquido intestinal y detectar si existe sobrecrecimiento bacteriano. Incluso se pueden realizar análisis de sangre para detectar el déficit de vitaminas o una evaluación de las heces para detectar malabsorción de grasas.
SIBO: el tratamiento
Es importante que, ante síntomas persistentes como diarrea, pérdida de peso sin causa aparente, distención y dolor abdominal no dudemos en acudir al médico especialista quien hará un diagnostico preciso para su posterior tratamiento que consiste en la administración del antibiótico especifico por el tiempo apropiado y en la dosis significativa. Al mismo tiempo se deberá acompañar el tratamiento con antibiótico con un tipo de alimentación reducida en alimentos fermentativos (alimentación hipo fermentativa o FODMAPs) prescripta por el Licenciado en Nutrición que consiste en la exclusión inicial de ciertos alimentos altamente fermentativos y su posterior introducción de forma lenta y paulatina según la tolerancia del paciente. La misma deberá realizarse por el tiempo que sea necesario hasta obtener la mejoría completa del paciente.
Finalmente es importante saber que tanto la malnutrición como la sintomatología pueden ser tratadas con suplementos nutricionales y con la alimentación hipo fermentativa pero el daño intestinal no siempre se puede revertir. Por eso es importante acudir tempranamente al médico especialista y al Nutricionista ante la sintomatología, no auto diagnosticarse ni adoptar los concejos del “influencer de moda”. La salud no debe ser un “tema de moda”, si no un estado que asegure el bienestar físico y emocional de todos nosotros.
