Como si estuviéramos en un bucle temporal, otra vez se discute en campaña qué hacer con el cepo. Pero a diferencia del 2015, ahora apareció una grieta inesperada entre economistas del PRO.
Todo había empezado con un debate entre Domingo Cavallo y Federico Sturzenegger, economistas de pensamiento similar a grandes rasgos. Sin embargo, la salida del cepo los encontraba en polos opuestos: Sturzenegger recomendaba salir del cepo el día 1 de Gobierno, y Cavallo decía que eso podría llevar a una hiperinflación.
Hernán Lacunza, recientemente, alertó algo similar al mingo: dijo que salir del cepo con tantos argentinos buscando desprenderse de los pesos podía derivar en una caída estrepitosa de la demanda de moneda local y por lo tanto desencadenar un proceso de hiperinflación.
La definición de Lacunza, hoy cercano a Larreta, fue leída por algunos como una advertencia a las ideas más rupturistas de los economistas que rodean a Patricia Bullrich. El propio Sturzenegger volvió a aparecer en escena y en un tiro por elevación a Lacunza señaló: "La gente vota cambio no la continuidad del massismo".
Luciano Laspina, espada económica de Bullrich, también se metió en la discusión e insistió en levantar el cepo "lo antes posible". Nobleza obliga: no dijo que sería el día 1. Lacunza trató en las últimas horas de bajarle el tono a la grieta PRO y aseguró que no tiene diferencias profundas con sus colegas.
Sin embargo, si aparece una extraña discrepancia de sensaciones: Lacunza asegura que el panorama actual es más delicado que el del 2015 en las variables que determinarían el éxito de una salida del cepo. Cree que sería riesgoso, imprudente, un salto al vacío. Teme que haya una fuga violenta de pesos hacia el dólar si hay libertad en el mercado de cambios.
Sturzenegger opina la contrario. Entiende que el actual cepo ya consumió todos sus efectos negativos y que en el 2015 había un dólar más atrasado y más pesos "excedentes" en el mercado dispuestos a correr hacia el dólar.
Ante las definiciones vacilantes de los precandidatos a Presidente de Juntos por el Cambio, no parece una mala noticia que los soldados económicos de ambos lados clarifiquen sus ideas.
