Éste lunes arrancó uno de los juicios que más controversia generó en los últimos años. El crimen de Fernando Báez Sosa en manos de ocho rugbiers fue uno de los hechos que más le dolió a todo el pueblo argentino.
El comienzo del juicio fue con los lineamientos de cada una de las partes. Habló la fiscalía, habló Burlando (abogado de la familia de Fernando) y habló Hugo Tomei, el abogado de los rugbiers. En su momento la defensa de los acusados intentó suspender el juicio dos veces pero no lo consiguieron.
Burlando fue certero y claro: Pedirá perpetua, ya que considera que fue una ejecución humana y detalló cada una de las pruebas que presentará durante el juicio para argumentar jurídicamente su acusación.
Casi al final del juicio, y tras dos cuartos intermedios declararon Silvino y Graciela, los padres de Fernando.
La madre del joven fallecido, fue la primera testigo del juicio. Contenida por su esposo y los abogados, quebrándose en llanto constantemente, pudo juntar fuerzas y expresó ante el tribunal y ante los asesinos de su hijo todos sus sentimientos.
"No puedo entender cómo estos chicos, que tenían su edad, lo mataron", “El cuerpo de mi hijo estaba desfigurado de tantas patadas", "Estoy muerta en vida, quedamos huérfanos para siempre", "Fue un trofeo para ellos".
"Llega el día de la madre y no tengo a nadie que me salude", "Esa madrugada sonó el teléfono. Era la madre de un compañero que nos dijo que se lo habían llevado en ambulancia. Al rato nos llamó el comisario y nos dijo que se había muerto", fueron algunas de sus frases.
En la sala, hubo dos madres y tres padres de los acusados. Todos fueron testigo del crudo relato.
Una vez terminada ésta primera jornada le detalló a los medios de comunicación sus sensaciones de este difícil momento, al estar por primera vez frente a quienes mataron a su hijo.
“Al que diga que no lo siente, no le creo”, “Éste dolor es eterno”, “Los presos no están arrepentidos”.
