Selene es una verdadera gladiadora platense. Tuvo una beba recientemente y marcó un quiebre completo en su vida. Ahora necesita algo tan básico como vital para salir adelante: un cochecito.
La joven comparte su historia con LAPLATA1.com. Antes de la pandemia empezó a estudiar el Profesorado de Inglés en la UNLP pero todo empezó a complicarse desde marzo del 2020.
“Hice el curso introductorio, pero las cursadas eran virtuales y no me adaptaba porque no entendía nada. Tenía una compu muy vieja. Dejé la carrera y decidí trabajar. Conseguí en una verdulería. Me la pasaba trabajando todo el día por muy poquita plata”, recuerda.
En ese momento se enamoró de su actual pareja pero las “malas” volvieron: le robaron y quedó incomunicada.
Un poco entre risas cuenta que tenía que cocinar los fideos en una pava eléctrica que le habían prestado del trabajo. También en esa época se enteró de otra noticia muy fuerte: estaba embarazada de 10 semanas. Quiso retomar sus estudios pero con la beba era imposible.
“Me costó mucho adaptarme a esa vida nueva y me agarró depresión. Fue un cambio muy grande, de un día para el otro. Ni estando embarazada te das una idea de lo que es ser mamá. Es un proceso donde estás bastante sola”, reflexiona.
Y todavía le perdura un recuerdo que pudo haber terminado muy mal: “Fue en el Hospital. Ella se estaba ahogando, y yo tenía aún el efecto de la anestesia. No podía llegar al botón para dar aviso pero no sé cómo me pude levantar y darla vuelta”.
Selene tiene culpa. Cree, en el fondo, que fue irresponsable traer una nueva vida al mundo en su situación económica: “Eso me viene haciendo mal desde hace mucho, no me deja dormir. Realmente no tengo nada para darle”.
“Estoy saliendo de a poco del pozo, estaba todo el tiempo mal. Ojo: no todo es feo. Por supuesto disfrutaba de una sonrisa, de un beso, de un abrazo con ella. Pero la realidad es que estaba en un lado oscuro”, subraya.
Pero en el 2023 quiere revertir todo lo negativo: lograr su independencia económica. Y ya tiene decidido que volverá a estudiar. Hará el Profesorado en Letras: “Si yo no hago nada, nunca voy a poder cambiar mi vida”.
Allí aparece la importancia de un cochecito nuevo. El que tiene no es práctico: se le traban las ruedas. Ella es de San Carlos. Evalúa ir directamente caminando a la Facultad. Todo ahorro es bienvenido. No tiene dinero para pagar una niñera o guardería. Todo será un terrible esfuerzo.
“Ya tengo mochila y carpetas. Va a ser difícil pero no imposible. Me estoy preparando psicológicamente para el estrés que se puede venir por ir con la gorda. Soy una persona muy sensible”, completa esta gladiadora.
Quién tenga un cochecito debe comunicarse al 221 590 2225.