Matías tiene 28 años, es de La Plata y una historia increíble de lucha: trabajó desde los 11 años y hoy padece un grave problema en la rodilla pero sigue adelante.
En diálogo con LAPLATA1.com, este joven cuenta cómo transita su compleja vida.
“Trabajo desde los 11 años. Me iba con mi viejo al campo y siempre me la pasé trabajando hasta el día de hoy”, recuerda. Su papá nació en Entre Ríos pero él siempre vivió en La Plata. No recuerda dónde trabajaba. Solo que hacían una hora de viaje hasta llegar al campo.
“Fui a la escuela hasta noveno grado. Llegué como pude porque jamás tuve apoyo de mi madre; siempre estuve solo. Dejé la escuela porque a los 20 años fui papá: tengo 3 hijos; una nena y dos varones”, agrega.
Hasta junio del 2020 trabajó sin problemas físicos. Pero a partir de allí vendrían más dificultades para Matías: empezó con dolores fuertes en la rodilla.
“Ya venía con un problema groso y con lo de mi pierna se empeoró todo. Me hice atender en el hospital en noviembre del 2020 y me diagnostican un tumor. De ahí me empezaron a dar muchas vueltas porque el hospital estaba colapsado por el Covid, lo cual llevó a que mi operación se demore hasta el siguiente año”, recuerda.
Esa demora fue terrible: el tumor se comió toda la rodilla. Le colocaron un “fierro” por dentro pero tiene la movilidad muy limitada: “Pero aun así no me doy por vencido”. Matías hoy es cartonero. Camina las calles de La Plata con muchísimo dolor para sostener a su familia.
“Sigo luchando día a día. Ahora a mí no me toman en ningún lado para trabajar, lo cual me llevó a construir un carro de madera con ruedas de bicicleta y empecé a trabajar en la calle juntando cartón, chapa, fierro, lo que sea para poder llevar el pan a mi casa”, dice.
Gracias a Natalio, la persona donde deposita lo que junta, pudo mejorar la movilidad y ahora trabaja con más velocidad. Pero aun así es una lucha diaria.
“Trato de seguir saliendo adelante. Cuesta un montón a veces porque en los días de humedad duele la pierna y casi no camino, pero no importa: cierro los ojos, le pido a Dios que me dé fuerzas y la sigo peleando”, completa Matías, un gran luchador de la calle.
