En la ronda de entrevistas que brindó Mauricio Macri, hubo una que pasó mucho más desapercibida. Se trató de una nota vía Instagram con Martín Tetaz donde se produjeron algunos momentos de tensión.
“La UCR fue contaminándose y sientiéndose menos. Y terminó haciendo el mismo populismo que el justicialismo”, le dijo Macri a Tetaz. El ex Presidente buscaba rescatar el espíritu liberal de Alem (fundador de la UCR) en contraposición a la concepción más irigoyenista/alfonsinista del radicalismo.
Tetaz, que reivindica a Alfonsín, no se quedó callado: “Vos también te contaminaste cuando fuiste Gobierno”, le retrucó. Fue el momento más picante de la charla.
A Macri y otros sectores más “duros” del PRO les preocupa el perfil socialdemócrata que todavía porta un sector importante del radicalismo que integra Juntos por el Cambio. Entienden que las reformas para bajar el gasto público, abrir la economía y modificar la legislación laboral, entre otras, tendrán poco impulso por parte de ese sector de centro-izquierda radical.
Gerardo Morales pone el dedo en la llaga. El contrapunto entre Macri y ese sector de la UCR respecto a la figura de Carlos Menem expuso las limitaciones conceptuales en el seno de la coalición. El hombre de Jujuy criticó a Menem por sus políticas “neoliberales”, que es justamente lo que Macri quería rescatar como espíritu del riojano. Por eso, en las recientes entrevistas, Macri dijo que Juntos por el Cambio aún debe pensar para qué quiere volver al Gobierno. Evidentemente todavía hay diferencias conceptuales en lo económico muy profundas.
Milei y Espert ensanchan la cancha del debate económico. El PRO deja de estar en el polo más liberal. Hay otros que ocuparon ese lugar. A Macri y al ala dura del PRO le sienta bien esta situación. Tienen una fuerza a su “derecha” que tensa el debate público hacia ideas más liberales. El coqueteo de Patricia Bullrich con Milei incomoda a los radicales y los lilitos, que en líneas generales se sienten más cómodos con una agenda menos economicista y más volcada a la transparencia e institucionalidad.
Pero hay excepciones. Patricia Bullrich bendice a Cornejo, el radical que más compatibiliza con la agenda liberal que quiere llegar a cabo este bando del PRO. El propio Cornejo no descartó esta semana integrar el binomio presidencial con la ex Ministra de Seguridad. Hay buena “química” entre ambos. En el PRO se entusiasman con un perfil menos socialdemócrata de algunos radicales.
La reaparición de Ricardo López Murphy es una buena señal. Tetaz y Lousteau, aunque con matices y dudas, aportan una mirada menos intervencionista del Estado, como otrora rezaba el manual radical. Eduardo Levy Yeyati es otro nombre para tener en mente. Es el cerebro económico de un amplio sector de la UCR. Su prestigio académico tracciona. Yeyati también comparte un ideario más liberal en lo económico.
En definitiva, la pregunta dentro de Juntos por el Cambio de cara al 2023 puede resumirse sencillamente: ¿Somos una fuerza de centro-progresista o una claramente liberal?
