En octubre, durante plena campaña electoral, el intendente Julio Garro anunció que iniciaría una demanda judicial al Gobierno de la Provincia de Buenos Aires por los pagos de la Tasa de Capitalidad a la ciudad de La Plata.
La historia en sí de la tasa viene de larga data, podría decirse que la actual estructura de pago tuvo inicio en el año 1991, cuando un conflicto devino en la firma de un Convenio (cabe destacar que no se trata de una ley) entre la Comuna y el Gobierno Provincial.
Allí se firmó que el Municipio dejaría sin validez la Ordenanza Fiscal Impositiva N°5.862, a cambio de que la Provincia le pague el equivalente al 10% del cargo total por las tasas de Alumbrado; Limpieza y Conservación de la vía pública; y Contribución Especial por Pavimento. Por un tiempo todo marchó correctamente, hasta que los pagos volvieron a ser discontinuos.
Por ello, en 2009 se firmó un acta donde la Provincia reconoció las deudas exigibles y creó un nuevo plan de pagos, así como en 2012 aumentó la alícuota nombrada, pasando del 10% al 14%. A partir del 2013, las retribuciones se convirtieron casi en inexistentes.
La próxima semana iniciaré una demanda judicial para que @BAProvincia salde la deuda de $1.133.000.777 de capitalidad (más intereses) que tiene con todos los platenses. "Queremos hacer todas las calles y veredas nuevas".
— Julio Garro (@JulioGarro) October 22, 2021
Julio Garro es tan cierto como injusto al pedir por el pago de Tasa de Capitalidad de forma tan inmediata, así como Carlos Bianco encarna la misma mezcla de adjetivos al decir a este medio que el 80% de la deuda se la generó María Eugenia Vidal.
El último pago grande que se hizo por esta tasa fue en el año 2017, allí Vidal acordó con el Municipio el pago de la deuda que se acarreaba desde el 2013 en los gobiernos de Scioli hasta los dos años de su propia gestión. El único detalle es que la liquidación fue de tan solo 25 millones de pesos, una suma exageradamente menor a la que en realidad se debía.
A día de hoy -tomando como índice el valor del dólar- se trataría de alrededor de 144 millones de pesos, prácticamente mil millones de pesos menos de lo que ahora exige fervientemente Garro a Kicillof.
A riesgo de ser sobreexplicado, pero con la intención de decirlo con la mayor simpleza posible: Garro tomó cabizbajo y sin chistar un monto desmesuradamente bajo por parte de Vidal, en lo que fue un acuerdo político, mientras que ahora a Kicillof le requiere un valor muchísimo mayor, dejando de lado la política y recurriendo a la Justicia.
ME IMPORTA LA CIUDAD, NO TU PARTIDO. pic.twitter.com/GT4LAO47mr
— Julio Garro (@JulioGarro) March 5, 2020
Esta decisión de judicializar el conflicto por parte del Intendente no es solo hipócrita, sino también inútil. Tal como ya supo plantear el edil Guillermo Nano Cara, llevar esto al Poder Judicial echa por tierra cualquier intento de acuerdo político para que se efectúen los pagos.
A partir de ahora, cualquier consenso al que se pueda llegar, deberá pasar primero por el Poder Judicial que, conociendo sus tiempos, tampoco resolverá lo ocurrido antes de que finalicen ninguna de las dos gestiones. Esto deja a las claras la verdadera intención del Jefe Comunal: polarizar con Kicillof y la Provincia. Los ejemplos desde el 2019 son innumerables y cada uno más insólito que el anterior.
Quizá sea por sus aspiraciones provinciales, o tal vez solo por embarrar una gestión a pocas semanas de las elecciones generales. Lo único que se vislumbra es que si la intención fue efectivamente recibir la tasa, entonces esta es una estrategia, cuanto menos, sonsa. Pero de sonso no le queda un pelo a Julio Garro.
