El ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, aseguró esta mañana que el accionar de los policías de la Ciudad que persiguieron, balearon y detuvieron a un grupo de jóvenes en el barrio de Barracas, un hecho que causó la muerte de Lucas González a raíz de dos balazos que recibió en la cabeza, va en contra de la ley y consideró "inconcebible" el nivel de violencia institucional que representa el caso.
"Hay una ley en la Ciudad de Buenos Aires, la 5.685, artículo 85, que impide hacer todo eso que hicieron. Estaban en un auto no identificable, sin patentes, tres personas de civil, siguieron a unos chicos que pararon a comprar un jugo. Venían de jugar al fútbol. Es inconcebible que haya un gesto de violencia institucional tan grande", expresó Fernández en diálogo con el canal televisivo C5N.
"La situación en la que nos encontramos es terrible; al chico no lo tenemos más", agregó.
Además, lamentó que "no es la primera vez" que estos funcionarios policiales "hacen este tipo de chanchadas", y reconoció a uno de ellos, Gabriel Isassi, vinculado con el ataque de seis oficiales de la Policía Metropolitana a la casa de la madre de Néstor Kirchner en Río Gallegos, en 2016.
Aníbal Fernández aseguró que los efectivos de la Policía de la Ciudad tendrán que "dar explicaciones" por todo lo que hicieron, porque "tiraron muchos tiros, se ensañaron con cuatro chiquitos y mataron a uno de ellos, de 17 años".
"Cuando dicen qué es la mano dura o la mano blanda. Ninguna de las dos: cumplí la ley", apuntó.
En línea con esa afirmación, calificó de "gestos facciosos" las declaraciones de ciertos dirigentes de la oposición sobre cómo combatir la inseguridad.
También aclaró que no se comunicó con el ministro de Seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Marcelo D'Alessandro, y dijo que tampoco tiene "la autoridad para pedirle explicaciones".