Las historias que rodean a la fundación de nuestra ciudad de La Plata son innumerables y cada una más fascinante que la otra. Hoy es el turno de ser contada la referida al castillo medieval que supo pertenecer al ingeniero Ángel Fiorini.
Fiorini llegó a nuestra ciudad en el momento exacto en el que fue fundada, citado junto a otros ingenieros italianos que formaron parte del "dream team" que conformó Pedro Benoit para diseñar y llevar a cabo a La Plata.
Fiorini decidió hacerse un castillo en lo que es hoy la esquina de las calles 34 y 4. Los registros históricos cuentan que era un gran edificio de arquitectura medieval y hecho casi completamente de madera, con una construcción que, supuestamente, nada tenía que envidiarle a la de las realezas europeas.
A una cuadra del imponente castillo vivía el poeta Pedro Bonifacio Palacios, conocido por todos como Almafuerte. Según cuenta el libro "La Plata ciudad milagro", por aquella zona era muy común ver deambular a algunos "indios amigos y sometidos", sobre todo cerca de la vivienda del escritror.
Se los llamaba así a los pocos indígenas que habían quedado luego de la feroz Campaña del Desierto y que fueron denominados oficialmente como "indios mansos". Los mismos caminaban por la ciudad recordando cuando la pampa era toda de ellos y ahora les quedaba la impotencia de pensar en la lucha perdida de sus ancestros.
Su bronca porvenía, principalmente, de la promesa incumplida en aquel entonces de que iban a recibir en propiedad tierras, pero terminaron sus días conchabados en estancias o perseguidos como matreros.
Finalmente, duró poco la gloria del gran castillo medieval, que fue tirado por un gran vendaval en el año 1910. Hoy en día, en la esquina de 4 y 34 hay una verdulería.