Nelly tiene 85 años y hace 60 que vive en la misma casa de la localidad de Sarandí, al sur del Conurbano. Nunca pensó que en su propia vivienda iba a vivir un calvario cuando delincuentes entraron a robar a su domicilio ubicado en la calle Madariaga al 1400.
El sábado pasado a la madrugada, entre las tres y las cinco, dos ladrones ingresaron a través de la casa del vecino. Rompieron la reja de una ventana y accedieron al interior. Una vez allí, fueron hasta la habitación donde dormía la víctima y la despertaron a los golpes. Le taparon la boca para que no gritara y le exigieron que les entregara la plata.
También le ataron los pies y las manos y semidesnuda la dejaron en el piso de la cocina. Mientras uno la custodiaba, el otro revolvía las habitaciones. No recuerda cuánto tiempo duró todo, pero detalló que cuando se cansaron de buscar, agarraron herramientas de trabajo de su hijo, unas medallitas de poco valor y escaparon.
Su hijo contó que hace unos meses también quisieron entrar a robar pero que su mamá los “enganchó” y no pudieron cometer el hecho. A raíz de eso reforzaron las puertas y ventanas con rejas, pero no fue suficiente. No saben si se trata de los mismos ladrones. En esta oportunidad la familia había hecho la denuncia.