Natalia hace 20 años que trabaja en animaciones de fiestas en La Plata y su vida y trabajo sufrieron un cimbronazo a partir de la pandemia.
La parálisis de las casitas de fiestas fue letal para todos lo que dependían directamente e indirectamente de este sector.
Natalia forma parte de Risotadas, y en diálogo con LAPLATA1.com cuenta lo que fueron estos últimos dos años.
“En el 2019 estábamos trabajando muy bien, y a partir de febrero del 2020 empezamos los eventos en casitas o casas particulares. Teníamos la agenda cubierta prácticamente para todo el año”, recuerda Natalia.
Desde el 20 de marzo, sin embargo, comenzaron los problemas. Natalia cuenta que ellos ya tenían la experiencia de la Gripe A del 2009, donde también habían realizado un receso. Imaginaron que sería algo parecido.
Sin embargo, el tiempo pasaba y la actividad no volvía: “Todas las fiestas se fueron reprogramando. Y después nos dimos cuenta de que no se podía seguir reprogramando, y tuvimos que dejar de trabajar. Tenía la entrada como docente para vivir. Y eso me daba una base económica”.
En Junio decidieron pegar un volantazo: cumpleaños vía Zoom: “Zafábamos con eso. Era una forma de seguir festejando en este contexto nuevo, aunque obviamente no era lo ideal”.
“En diciembre se abrió un poco. Muchos decidieron dejar la animación pero nosotros resistimos. En febrero del 2021 retomamos los eventos presenciales con protocolos. Lo hacíamos bajo un formato de Show, sin tener contacto con los chicos. Armamos un espacio seguro, alfombras para los nenes, y los incentivamos a que usen barbijos más allá de que no es obligatorio para los menores de 6 años. Casi todos los eventos son al aire libre o donde hay ventilación cruzada”, asegura Natalia.
Pero llegó un nuevo golpe: la segunda ola. Y otra vez las casitas de fiestas debieron cerrar sus puertas. En las últimas semanas el ambiente parece mejorar para este sector, aunque todavía de manera muy gradual.
“Antes de la pandemia teníamos 2 o 3 eventos todos los días, y lo mismo los sábados y domingos. Y hoy de lunes a viernes no hay eventos. Los fines de semana hacemos una fiesta el sábado y otra el domingo. Además, pedimos que no haya más de 15 nenes”, compara Natalia.
“En esta pandemia perdimos muchas vidas pero también muchas fuentes de trabajo. Por suerte lentamente volvemos a ver las sonrisas de los chicos, y la gente empieza a confiar en nosotros. Ese es también un desafío que tenemos”, agrega.
En las últimas semanas, además, desde Risotadas emprenden talleres de juegos en acuerdo con las casitas de fiestas. Por ejemplo, hay un taller sobre superhéroes donde los chicos confeccionan sus propios trajes. A su vez, también analizan realizar talleres pedagógicos para los niños de pre-escolar.
Y cierra: “Tenemos un grupo de animaciones dónde tratamos de ponernos de acuerdo en los protocolos, valores y lo que ofrecemos así como nos pasamos eventos y nos recomendamos para apoyarnos. Para el rubro de animaciones y casitas está pandemia fue devastadora y seguimos en pie sosteniéndonos y reinventándonos a diario”.
