Nahuel Sanseverino tiene 28 años y maneja hace diez años el histórico kiosco de sus padres, ubicado en 4 y 51.
Con una vida ligada al rock, el joven platense mutó por varias bandas y hace muy poco dejó a la que más reconocimiento le dio: Anderrock.
La música es lo suyo, pero el kiosco, también. Y ahí, en un “recoveco”, como le contó a este medio, ubicó su amada batería para deleitar a todos los clientes que pasan por la tradicional cuadra platense.
“Pará que armo el set y hacemos unas fotos”, agregó entusiasmado mientras dialogaba con el periodista de LAPLATA1.com.
“La bata no la puedo tener en mi casa porque vivo en un departamento, entonces la dejé en el recoveco que ves ahí. Como a la tarde está todo muy tranquilo, la armo y me pongo a tocar un poco; a veces arriba de los temas; cuando viene la gente paro un poco (risas).
"He visto como vienen desde afuera y se quedan a escuchar, les genera intriga qué es lo que pasa, les llama la atención. Es un poco de distracción para la tarde, y con algo que hago desde muy chico", remarcó.
