La Intendencia de La Plata no se define en el 2023, sino el año que viene

Opinión 30/08/2020 . Hora: 08:01
La Intendencia de La Plata no se define en el 2023, sino el año que viene

Silenciosamente se va moviendo la política platense pensando en el 2021. Este viernes lo precisó el propio Julio Garro, que habló de "comenzar a construir una alternativa al kirchnerismo en el 2021 y 2023" luego de la reunión con Jorge Macri, Diego Valenzuela y Néstor Grindetti, tres intendentes sobrevivientes de Juntos por el Cambio.

Pero para llegar al 2023, primero habrá que pasar el 2021. Garro fortaleció su lazo con los intendentes del conurbano y espera repetir las buenas elecciones que tuvo a nivel local en el 2015, 2017 y 2019, donde siempre superó el 40% (42%, 50% y 48%). Pero el contexto cambió. Siempre es difícil saber por qué razón un político fue votado, pero sí hay consenso de que hubo factores externos que beneficiaron muy claramente a la construcción local de Garro.

STMLP

Repasemos. En el 2015 fue traccionado por la ola de María Eugenia Vidal en octubre, que llevó inesperadamente a varios líderes del PRO a municipios habitualmente gobernados por el peronismo. En el 2017 también hubo un fenómeno nacional: una economía que mostraba buenas señales y un sello de Cambiemos fortalecido en todo el país. Y en el 2019 Garro pudo capitalizar la desconfianza que existía en cierto votante platense por Florencia Saintout, representante de un ala más dura del kirchnerismo y de La Cámpora.

Estos tres factores ya dejarían de correr para la elección del 2021. Y es también un panorama nuevo por el contexto nacional y provincial, que ya dejaron de estar pintados de amarillos. La Cámpora se quedó con espacios muy importantes en Provincia y Nación y que pisan fuerte en La Plata: Desarrollo de la Comunidad (Andrés Cuervo Larroque), IOMA (Homero Giles), ANSES (Fernanda Raverta) y PAMI (Marcelo Leyria). Son cajas poderosas. También La Cámpora se quedó con la presidencia del bloque del Frente de Todos en el Senado y en Diputados bonaerenses. Es un claro avance.

MOSQUITO MLP

También preocupa en el ejecutivo local que estos sectores se queden con el "control" de los barrios de la periferia. Y lo mismo ocurre con la estructura mediática que lo respaldaba y ahora se ha mostrado más crítica de su gestión. Son resortes que pueden torcer la balanza en una elección que se presume muy competitiva en el 2021.

Por supuesto, Garro también tiene cartas para mostrar: ya lleva 5 años de gestión y tres victorias consecutivas. Es el intendente de la ciudad capital. En medio de la pandemia, dio un giro comunicacional con resultado incierto: llamó a aprender a convivir con el virus y promovió la apertura de varias actividades. En el 2021, los platenses definirán cuán acertada fue esta estrategia. Todavía es prematuro dar pronósticos. Si Garro se alza con un cuarto triunfo consecutivo, quedará muy bien perfilado para el 2023.

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LA OPOSICIÓN PLATENSE SIN MUCHAS DUDAS

En el Frente de Todos platense el terreno parece bastante despejado. Ya limaron las asperezas de la derrota y la interna del 2019. De hecho, lograron conformar un bloque unificado en el Concejo Deliberante luego de algunos chisporroteos. Hoy la unidad es intensa. Y tampoco hay dudas de quién ejerce el liderazgo: Victoria Tolosa Paz.

Cuenta con tres atributos envidiables: es funcionaria nacional (gran presencia mediática nacional), es concejala (suma titulares sobre problemáticas locales) y encima es amiga del propio Alberto Fernández.

Para llegar bien parado al 2023, Garro también aspira a sostener el control del Concejo Deliberante. Hoy Juntos por el Cambio tiene una mayoría automática. Eso brinda mucha tranquilidad al ejecutivo local y facilita la gestión diaria. Pero para mantener esa hegemonía, el garrismo no debería bajar del 42% en el 2021. Por supuesto, esto dependerá también de cómo se armen el resto de la listas.

Allí será clave lo que pase en la cabeza de la lista de diputados nacionales por la Provincia. Es la cara más grande que vamos a ver en el 2021 en la boleta cuando entremos al cuarto oscuro. En el 2013, por ejemplo, jugaron Martín Insaurralde y Sergio Massa. En el 2017, la batalla fue por la senaduría nacional: Cristina Kirchner y Esteban Bullrich. Por lo pronto, Juntos por el Cambio se arma para el 2021 con algunas grietas internas: conviven los "duros" (Patricia Bullrich), los "blandos" (Horacio Rodríguez Larreta), la UCR y el espacio de Emilio Monzó. Éste último ya mostró su autonomía en la legislatura bonaerense: creó el bloque "Cambio Federal", que actúa como aliado de Juntos por el Cambio pero preserva su independencia.

Reinan muchas dudas aquí. Si la economía repunta y el gobierno evita los errores políticos no forzados, posiblemente se agudice la grieta en Juntos por el Cambio. Inclusive no puede descartarse que el propio Monzó decida "jugar" como tercer espacio en el 2021 si predomina el ala dura macrista. En teoría, las elecciones legislativas son menos "polarizadas". La gente vota con más "libertad" pues no se eligen puestos del poder ejecutivo. Pero hasta aquí el bifrentismo parece fuerte (FdT y JxC). Lavagna no pudo terminar de captar al electorado cansado de la grieta, ni tampoco Espert-Gómez Centurión cosecharon tantos votos de los anti-kirchneristas desencantados con Macri. Pero si este último dúo crece mínimamente en el 2021, le morderán votos dolorosos a Juntos por el Cambio.

¿Y LAS REELECCIONES?

Cabe preguntarse qué objetivo persigue Garro de cara al 2023. Actualmente rige la ley aprobada en el 2016 que prohibe más de dos mandatos de una misma persona tanto en la intendencia como en los cargos legislativos. La ley dice que el primer mandato que se computa es el de 2015-2019. Por lo tanto, Garro ya no podría presentarse en el 2023 si quisiera.

Sectores del Frente de Todos quieren hacer caer esta ley. Verónica Magario, por ejemplo, dijo que "el límite a un intendente tiene que ponerlo el pueblo". Pero en La Cámpora quizás no piensen exactamente igual: un límite a las reelecciones les permitiría avanzar en distritos gobernados por el peronismo tradicional, muchos de ellos sobrevivientes de la época de Menem y Duhalde.

Y aún más complejo es el panorama dentro del massismo. De hecho, el Frente Renovador fue el que motorizó el fin de las reelecciones a través de Ramiro Gutiérrez y Rubén Eslaiman en el 2016. Hoy Gutiérrez es diputado nacional y Eslaiman sigue como diputado provincial. Ambos en el Frente de Todos.

La misma duda radica en Juntos por el Cambio, que tiene el control del Senado bonaerense. Pero ese bloque del Senado responde a los intereses de los intendentes del interior. Y mayoritariamente esos intendentes fueron elegidos en el 2015 con el aluvión Vidal. No podrían reelegir en el 2023 si sigue la ley. Es decir: Juntos por el Cambio en el Senado bonaerense también tendría incentivos para hacer caer la ley y favorecer a sus Jefes Comunales. Final abierto.

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