El Parlamento británico aprobó definitivamente el miércoles el acuerdo de Brexit, lo que abre las puertas a la histórica salida del Reino Unido de la Unión Europea dentro de nueve días.
El texto, que soluciona las modalidades del divorcio, y que fue negociado por el primer ministro conservador Boris Johnson con Bruselas, debe ser promulgado ahora por la reina Isabel II, posiblemente el jueves, para que entre en vigor.
A principios de enero, la Cámara de los Comunes, donde el líder conservador tiene una aplastante mayoría, dio luz verde al proyecto de ley sobre la salida, prevista para el 31 de enero, antes de enviarlo a la Cámara de los Lores, formada por miembros vitalicios no electos.
En los últimos días, esta cámara adoptó cinco enmiendas al texto, infligiendo sendos reveses al gobierno, especialmente en lo que respecta a los derechos de los ciudadanos de la UE que residen en el Reino Unido y a los niños refugiados no acompañados.
Pero a nueve días del Brexit, dichas enmiendas fueron rechazadas por los diputados cuando el proyecto de ley regresó a la Cámara de los Comunes el miércoles. Los miembros de la Cámara Alta dieron su brazo a torcer finalmente en una segunda votación.
Del lado europeo, ahora le toca al Parlamento Europeo, probablemente en una votación que se celebrará el 29 de enero.
El Brexit es ante todo una gran victoria personal de Johnson, que formó parte del gobierno anterior, también conservador, de Theresa May, y que se bajó a tiempo para cosechar los frutos de la crisis gubernamental.
Volvió como primer ministro, negoció ásperamente con el Parlamento y con sus socios de la UE, y cuando no pudo lograr el Brexit en la fecha prevista, convocó elecciones, que ganó de forma abrumadora.
Con la votación del miércoles, el Reino Unido abandonará la UE más de tres años y medio después del referéndum de junio de 2016, y tras tres caóticos aplazamientos.
El acuerdo entre Londres y sus 27 socios europeos busca asegurar una ruptura suave estableciendo las condiciones del divorcio y un período de transición hasta finales de 2020. Durante esa etapa, el Reino Unido seguirá aplicando las reglas europeas.
Mientras tanto, la Comisión Europea presentará un mandato de negociación a los 27 países del bloque que deberán aprobarlo en una reunión ministerial el 25 de febrero. La negociación podrá comenzar oficialmente entonces.
El 1 de julio será la primera fecha clave. La UE y el Reino Unido deberán decidir para entonces si prolongan la transición y por tanto la negociación uno o dos años. El premier británico, Boris Johnson, rechaza esa opción.
Si se tiene en cuenta el tiempo necesario para la ratificación de un acuerdo, Londres y Bruselas dispondrían solo de ocho meses -de marzo a octubre- para alcanzarlo.
Foto de archivo. El primer ministro británico y líder del Partido Conservador posa con un mazo, luego de clavar un letrero con la consigna
Foto de archivo. El primer ministro británico y líder del Partido Conservador posa con un mazo, luego de clavar un letrero con la consigna "Hagamos cumplir el Brexit" en el jardín de un partidario, en South Benfleet, Reino Unido. 11 de diciembre de 2019. Imagen proporcionada por un tercero. Ben Stansall/Pool via REUTERS.
Según una fuente diplomática, Bruselas tiene como prioridad lograr en 2020 acuerdos sobre la pesca, la seguridad interior y exterior y sobre todo el comercio de bienes. El resto se negociará más tarde.
En materia comercial, Londres sólo ambiciona un simple acuerdo de libre comercio.