Apenas unas horas después de que encontraran enterrado en una casa quinta el cuerpo de Navila Garay, la adolescente de 15 años a la que buscaron durante cinco días en Chascomús, la causa tuvo a su primer sospechoso por el femicidio: Néstor Garay. El hombre está detenido pero la familia de la vícima desconfía de que haya actuado solo y pide que investiguen si hubo otras personas involucradas.
Aunque el celular de Navila todavía no apareció, trascendió a partir del análisis de los registros telefónicos que existían comunicaciones previas y frecuentes entre la joven y el imputado. El dato reforzaría la denuncia de la familia contra Garay, a quien acusaron de abuso sexual y corrupción de menores. Sin embargo, no apuntaron solamente contra él sino que también a su pareja, que está libre, por su presunta complicidad en el hecho.
"Navila era joven y fuerte, uno solo no podía hacer eso. El asesino tuvo que tener ayuda. A nosotros, los vecinos nos dijeron que la pareja fue con el auto y a las 5 de la mañana cargaron cosas. Después se fueron", denunció Pablo, el tío de la víctima. "Para mí lo ayudó y es conocido acá en Chascomús que esa mujer recluta jovencitas para prostituirlas, todos lo saben, la Policía también, pero lo encubren", añadió.
El testimonio del remisero que llevó a Navila hasta la casa del jardinero Garay, o "Lito", como lo conocían todos, fue el primer indicio concreto que lo colocó en la mira de la justicia. Ese fue el lugar donde se le perdió el rastro a la joven, que ya no volvió a ser vista. Durante los cinco días que estuvo desaparecida su familia fue dos veces a buscarla ahí pero nunca tuvieron respuesta.