Nuestros amigos suelen tener intereses, gustos o pareceres similares a los nuestro. Eso es lo que nos une a ellos. Y ahora, la ciencia lo confirma.
Según un estudio desarrollado por Moran Cerf, neurocientífico de la Universidad de Northwestern, cuando dos personas están juntas durante un periodo largo de tiempo, sus ondas cerebrales se sincronizan.
En este sentido, explica: "las personas con las que te juntas tienen un impacto en tu aproximación con la realidad que va más allá de lo que puedes explicar. Uno de los efectos es que te empiezas a parecer a ella". De esta forma, el especialista atribuye este fenómeno a la "plasticidad", que es la capacidad de nuestro cerebro para moldear nuestras conexiones neuronales.
Además, sostiene que es muy probable no verse influenciado por la conducta del otro si se tiene una alta conciencia de uno mismo. ¿Te suele pasar?