Una mujer de Chascomús lo acusa de fraguar la venta de propiedades y campos en la zona, abusándose de su confianza
La denuncia se radicó el 3 de diciembre de 2014 y tiene como principal imputado al profesional, junto con otros tres hombres que "habrían actuado como supuestos prestanombres" y dos escribanas de La Plata que tomaron intervención en las operaciones, dijeron los abogados que patrocinan a Ester Arrix, Alfredo Gascón y Miguel Molina.
Según figura en la causa, al patrimonio de la denunciante lo conforman lo que heredó de sus padres y de su esposo: el 50 % de un campo de 1.286 hectáreas en la zona (la otra mitad es de su hermano) y la sociedad "Haras del Sur S.A", con otras 170 hectáreas camino a Ranchos y una oficina en el centro de Chascomús.
Las cuentas de la familia fueron administradas durante muchos años por el padre del imputado, hasta que éste les sugirió que fuera su hijo quien se encargara de ese trabajo. "Para mí este contador era como mi hijo", aseguró la damnificada.
En la causa que instruye el fiscal Alvaro Garganta, con la intervención de la jueza Florencia Butiérrez, figura que los importes por el usufructo de las propiedades eran "percibidos" por el contador con un "sistema de rendición nulo, porque cada vez que se lo solicitaba, se molestaba". Sin embargo, aclaró Arrix, esto no le generó sospechas, "porque estaba sola, conocía al padre y había aprecio".
Los problemas comenzaron el 11 de mayo de 2011, día en que la mujer sufrió un accidente de tránsito cuando iba en una camioneta hacia el campo. "Me dieron por muerta", dijo. Pero sobrevivió y estuvo más de un año postrada con lesiones graves. "Él dio la indicación de que todos mis cheques ingresaran en su estudio", detalló.
"A principios del año 2013 (el acusado) le insistió muy vehementemente en la necesidad de que le otorgara un poder para realizar trámites referidos al paquete accionario de Haras del Sur", surge de la causa, para lo cual Arrix firmó documentación en una escribanía de La Plata.
"Ella estaba convencida de que era solamente para que pudiera realizar trámites de la sociedad", indicaron los abogados, pero a los pocos días la mujer "recibió una carta documento en la que el contador la intimaba a escriturar más de 600 hectáreas invocando la existencia de un boleto de compraventa". Los demandantes aseguran que se simuló "la venta de acciones de la sociedad" de la que Arrix "era propietaria virtualmente exclusiva del 95% del paquete accionario, buscando de esta forma la solución de continuidad del patrimonio".
"Ella estaba inhibida por otra causa", dijo Gascón, "de modo que no podía disponer y el acusado lo sabía perfectamente porque era su contador desde 2008. Aún así, aparece un instrumento por el que María Ester vendió la mitad indivisa de un enorme campo valuado en más de tres millones de dólares, por un millón de pesos". Como colofón, agregaron, cuando Arrix quiso desvincularse profesionalmente del imputado, éste "se autogeneró un crédito de 600.000 pesos de honorarios adeudados".
Tanto Arrix como sus abogados insisten en que ella "jamás vendió la herencia ni es su intención hacerlo porque no lo necesita y, de haber ocurrido una operación de semejante magnitud, debió haberse instrumentado electrónicamente, tal como lo marca la AFIP; y bancarizando los supuestos pagos o ingresando al patrimonio", lo que, aseguran, "nunca ocurrió".
El contador explicó que "durante años de gestión para la Sra. Arrix y su familia, nunca hubo pedidos formales para esclarecer las cuentas", aunque aclaró que "le iba rindiendo cuentas a mi clienta y "amiga" asiduamente".
Por este caso se abrieron tres causas en el fuero civil y otra en el penal, en el marco de la cual volvieron a pedir la indagatoria del profesional, quien pidió la eximición de prisión.
María Ester está convencida de que el contador "truchó" su firma mientras ella estuvo convaleciente, aunque los abogados plantearon que esas rúbricas se obtuvieron por "el aprovechamiento de una situación de minusvalía cognitiva de origen post-traumático" de la denunciante y "abuso de confianza". Hoy por hoy, la mujer vive en la casa que heredó de sus padres, con usufructo hasta que muera. "Después quedaría para mi contador", lamentó.