José López, el ex secretario de Obras Públicas del kirchnerismo que se hizo conocido para el gran público cuando fue sorprendido ocultando bolsos con nueve millones de dólares en el convento de General Rodríguez, se convirtió en uno de los imputados colaboradores en la causa de los cuadernos de la corrupción. Después de más tres horas y una contundente declaración, ingresó al programa de protección dejando el Penal de Ezeizadonde estuvo alojado dos años.
"Fue una de las confesiones más importantes de la causa", remarcó a Clarín una fuente judicial al referirse a la declaración de José López quien firmó un acuerdo con el fiscal Carlos Stornelli para ser el próximo imputado colaborador en la causa en la que se lo acusa de ser partícipe necesario de la asociación ilícita que "comandaron Néstor y Cristina Kirchner" y que tuvo por objetivo "recaudar fondos ilegales" de las empresas contratistas del Estado.
Como integrante del extinto ministerio de Planificación Federal, José López cumplió un rol clave en la estructura investigada por el juez Bonadio, quien deberá homologar el acuerdo de colaboración que firmó con la Fiscalía.
José López, según pudo reconstruir Clarín, contó cómo se distribuían las obras entre las empresas cartelizadas y apuntó "hacia arriba", en alusión a Julio De Vido y al matrimonio Kirchner, como principales autoridades del Ejecutivo Nacional. "Brindó mucha información, a la altura de lo que aportó Carlos Wagner".
Fue justamente el ex presidente de la Cámara Argentina de la Construcción quien, al convertirse en "arrepentido", desnudó un "sistema de cartelización de la obra pública" instaurado por De Vido.
¿Cómo funcionaba? Las empresas se ponían de acuerdo en cómo ofertar ante una licitación y allí decidían quién ganaba. Después, la firma adjudicataria acordaba con los ex funcionarios de Planificación Federal "cómo se pagaba" del 10% al 20% de adelantos financieros, que volvían casi completos a los funcionarios en modo coima. Este "sistema funcionaba sin importar quién ganara", indicó Wagner. López no pudo negar el funcionamiento de esta maquinaria que alcanzaba a las obras de ingeniería civil.
José López, el ex secretario de Obras Públicas del kirchnerismo que se hizo conocido para el gran público cuando fue sorprendido ocultando bolsos con nueve millones de dólares en el convento de General Rodríguez, se convirtió en uno de los imputados colaboradores en la causa de los cuadernos de la corrupción. Después de más tres horas y una contundente declaración, ingresó al programa de protección dejando el Penal de Ezeizadonde estuvo alojado dos años.
"Fue una de las confesiones más importantes de la causa", remarcó a Clarín una fuente judicial al referirse a la declaración de José López quien firmó un acuerdo con el fiscal Carlos Stornelli para ser el próximo imputado colaborador en la causa en la que se lo acusa de ser partícipe necesario de la asociación ilícita que "comandaron Néstor y Cristina Kirchner" y que tuvo por objetivo "recaudar fondos ilegales" de las empresas contratistas del Estado.
Como integrante del extinto ministerio de Planificación Federal, José López cumplió un rol clave en la estructura investigada por el juez Bonadio, quien deberá homologar el acuerdo de colaboración que firmó con la Fiscalía.
José López, según pudo reconstruir Clarín, contó cómo se distribuían las obras entre las empresas cartelizadas y apuntó "hacia arriba", en alusión a Julio De Vido y al matrimonio Kirchner, como principales autoridades del Ejecutivo Nacional. "Brindó mucha información, a la altura de lo que aportó Carlos Wagner", indicaron fuentes de la causa a Clarín.
Fue justamente el ex presidente de la Cámara Argentina de la Construcción quien, al convertirse en "arrepentido", desnudó un "sistema de cartelización de la obra pública" instaurado por De Vido.
¿Cómo funcionaba? Las empresas se ponían de acuerdo en cómo ofertar ante una licitación y allí decidían quién ganaba. Después, la firma adjudicataria acordaba con los ex funcionarios de Planificación Federal "cómo se pagaba" del 10% al 20% de adelantos financieros, que volvían casi completos a los funcionarios en modo coima. Este "sistema funcionaba sin importar quién ganara", indicó Wagner. López no pudo negar el funcionamiento de esta maquinaria que alcanzaba a las obras de ingeniería civil.
Con un fuerte dispositivo de seguridad, López dejó el quinto piso de Comodoro Py y ya no volverá al Pabellón 6 del Penal de Ezeiza. Tras su relevante confesión ingresó al programa de testigos e imputados protegidos que depende del Ministerio de Justicia. Autoridades de dicho sistema se reunieron el defensor oficial del ex funcionario K, Gustavo Kollmann para determinar dónde será trasladado.
El ex secretario de obras publicas enfrenta un juicio oral y público acusado de enriquecimiento ilícito. Su detención se produjo en la madrugada del 14 de junio de 2016 cuando buscó ocultar en el convento de General Rodríguez bolsos que contenían 9 millones de dólares, 153.000 euros, 59.000 pesos y relojes Rolex.
Hace una semana, declaró en el juicio que el dinero se lo habían "dado tres personas de la política" y que no podía "dar sus nombres por miedo a su integridad física y la de su familia". Allí aseguró que cumplía una "diligencia" encomendada por tres desconocidos, quienes le entregaron el dinero y lo siguieron durante todo el recorrido. "El dinero no era mío", reiteró.
