En el Polo judicial de la provincia de Avellaneda la fiscal, María Soledad Garibaldi, y el procurador general de la provincia de Buenos Aires, Julio Conte Grand, brindaron una conferencia de prensa para informar sobre el estado de la causa iniciada luego de la denuncia de abuso de menores en la pensión de Independiente.
Tras las acusaciones no judicializadas de Natacha Jaitt en el programa de Mirtha Legrand, Grand intentó dejar en claro que en la causa de abusos no hay mencionado"ningún periodista, ningún artista, ningún conductor de televisión, ni ningún propietario de medios".
Por su parte la fiscal Garibaldi explicó que en la causa hay "siete víctimas probadas", y que están trabajando los casos de tres chicos más que serían potenciales víctimas.
Respecto al trabajo de la fiscalía, Garibaldi confirmó que realizaron entrecruzamiento de los teléfonos de todos los jugadores de la pensión de Independiente y los cinco detenidos que tiene la causa por el momento. Con este trabajo informático, la fiscal pudo confirmar que hay "chicos que aunque no llegaron a ser captados" sí fueron víctimas de grooming.
Además detalló que tanto las familias de las víctimas, como el club Independiente, el Ejecutivo provincial y la Justicia están "muy unidos" para "esclarecer los hechos" y consideró que la investigación está "bien encaminada".
La investigación se inició por una denuncia que realizó Independiente, luego de que un joven de 14 años se quebrara y confesara los abusos al psicólogo de la pensión del club de Avellaneda.
A raíz de la denuncia se encuentran detenidos el relacionista público Leonardo Cohen Arazi, vinculado a la causa al descubrirse un tuit de 2012 en el que buscaba "futbolistas de 17 a 21 años con buen manejo de pelota para un casting"; el árbitro de primera división Martín Bustos; el representante de futbolistas juveniles Alejandro Carlos Dal Cin; el organizador de torneos de fútbol Juan Manuel Díaz Vallone y el estudiante Silvio Fleytas.
El abogado de Bustos, Carlos Beldi, también fue detenido acusado de intentar encubrir a su cliente destruyendo a martillazos un celular.