Hannah Turtle, una madre de 22 años oriunda del norte de Gales declaró escuchar voces que le decían que era "una mala madre y que no merecía tener a su bebé".
En su testimonio, la madre compartió que en el lapso de diez días sofocó a su hijo James Hughesen tres ocasiones distintas, con un tercer intento que lo llevaría al triste desenlace final. Turtle confesó haberle tapado la boca y nariz con la intención de que dejara de respirar por primera vez en mayo de 2016.
La madre está ahora a la espera de su sentencia final. Su defensa asegura que la mujer sufría de depresión post parto y que, a pesar de no sufrir una enfermedad mental, Turtle mostró signos de un trastorno de personalidad.
El juez a cargo adelantó que espera una pena capital por homicidio, pero que detalles como la pena mínima tendrán que ser analizados.