Durante su visita por Chile, el Papa Francisco incluyó una recorrida en la cárcel de Santiago, en donde están recluidas 620 mujeres. El pontífice se acercó al Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín para "transmitirles la paz que necesitan para aplacar sus tormentos".
Es la primera vez que Francisco visite una cárcel femenina. "Aquí están las mujeres más pobres, las que han sidoexcluidas de la familia, educación y salud", aseguró la madre Nelly León, que está a cargo de la actividad pastoral en esa prisión hace 13 años.
La reunión privada fue en el gimnasio de la prisión. Las presas decoraron el lugar con más de 7500 papeles de colores, con diferentes tipos de mensajes para darle la bienvenida al Papa.
Una de las mujeres tuvo la posibilidad de hablar en nombre de sus compañeras y relatarle a Francisco cómo vivió su condena desde la maternidad.