A pesar de que muchas veces hablamos sobre los beneficios de levantarse temprano y hemos recomendado aprovechar las horas de la mañana, debemos admitir que hay personas que no nacieron para eso y les cuesta mucho madrugar.
Y no quiere decir que sean más débiles que otras, sino que su cuerpo -biologicámente- se los dificulta más.
Un estudio del Instituto de Investigación de biología Molecular y Biofísica de la Academia Rusa de Ciencias examinó a 130 participantes que se mantuvieron despiertos durante 24 horas para ver cómo estaban sus niveles de energía luego de este tiempo.
Las conclusiones publicadas en la revista Personality and Individual Differences, determinaron que hay personas (aletargadas) que pueden estar durante todo el día con un bajo nivel de energía; mientras otras (enérgicas) pueden mantener un buen ritmo de actividad pese a la privación de sueño o su horario al despertar.
Para los primeros, levantarse temprano puede ser contraproducente porque su energía aumenta al pasar el día siendo más productivos en horarios vespertinos. Una explicación para ello es que su ritmo circadiano no está sincronizado con la luz natural y la oscuridad.
Por su parte, las personas madrugadoras, mantienes sus actividades durante las primeras horas del día cuando mayor luz hay.
Otra investigación del Centro Nacional de Neurología y Psiquiatría de Tokio (Japón), arrojó que es el gen PER-3; la clave para el correcto funcionamiento de nuestro reloj biológico y la energía que tendremos. Saber cómo es nuestro cronotipo ayuda a estar de mejor animo; además permite programar nuestras actividades acorde a nuestras preferencias y capacidades.
