En el Senado Bonaerense vuelven a la carga con un proyecto para prohibir la purpurina en las escuelas.
Se trata de una iniciativa de Aldana Ahumada, que ya se había aprobado recientemente en el Senado pero perdió estado parlamentario tras naufragar en Diputados.
“Prohíbase el uso de purpurina, brillantina o su similar de uso industrial y todo otro producto que contenga estos componentes, en aquellos niveles y modalidades de las escuelas tanto de gestión pública como de gestión privada, que se encuentre dentro del territorio de la Provincia de Buenos Aires, a las cuales concurran menores de dieciocho (18) años. Asimismo, queda prohibido el uso, tenencia y manipulación de dichos productos en todo establecimiento recreativo donde concurran menores de edad”, se señala en el texto.
“El Poder Ejecutivo, a través de la Autoridad de Aplicación, adoptará medidas y/o recomendaciones en los ámbitos que hagan uso de estos elementos, difundiendo y previniendo acerca del correcto uso y manipulación, como así también, sobre los riesgos y/o peligrosidad los productos”, se explica luego.
“Los establecimientos mencionados en el artículo 1° deberán retirar la purpurina y/o brillantina de la lista de materiales solicitados a los alumnos por los docentes”, se agrega.
Por otro lado, el proyecto regula también la venta comercial: “Queda prohibido, en todo el territorio de la Provincia de Buenos Aires, la venta a menores de dieciocho (18) años del producto identificado como purpurina, brillantina o similar de uso industrial”.
“Todos los fabricantes del producto identificado como purpurina, brillantina o su similar, deberán presentar en forma visible y notoria la leyenda ‘Producto tóxico. Su uso debe estar supervisado por un mayor.’ en el envase del producto, debiendo tener un correcto sellado y etiquetado. Asimismo, deberá estar indicado cómo actuar en caso de intoxicación, a fin de que los consumidores puedan conocer los riesgos de su manipulación”, se sostiene.
A su vez, “los locales donde se comercialicen este tipo de productos deben asegurar que el lugar destinado a su exhibición se encuentre fuera del alcance de los niños”.
En los fundamentos, se explica que “tratándose de un producto de venta libre, ampliamente usado para cosmética, manualidades, pero que contiene ciertos componentes de plomo, estaño y cobre, con un nivel de toxicidad significativo para la persona humana, resulta igualmente importante que dicha advertencia conste en su etiquetado, así como las medidas a tomar para el caso de intoxicación involuntaria, y la prohibición de venta a menores de edad”.