La pandemia cambió la vida de muchas personas. Agustina es de La Plata y dio un vuelco importante en su carrera laboral a partir de la cuarentena.
En diálogo con LAPLATA1.com, cuenta cómo se convirtió en una verdadera fanática de los huevos de pascuas.
“Arranqué en pandemia. Yo tengo un salón de eventos y en el 2020 obviamente lo tuve que cerrar. Ahí empecé a cocinar”, recuerda.
En ese momento estudiaba la carrera de Arquitectura de la UNLP pero Agustina estaba convencida de patear el tablero y abocarse a la cocina, una pasión que ya tenía pero que nunca había explorado a fondo.
“Me dedico todo el año, pero en ciertas fechas se vende más”, cuenta a pocos días justamente de las pascuas. Ella labura sola el emprendimiento aunque cuenta con la ayuda de sus padres. El papá, por caso, colabora con los envíos.
“Fue muy loco la pandemia porque me tuve que poner a hacer algo, generar ingresos. De hecho, empecé con los huevos justamente en las pascuas en ese 2020. Compré 2 kilos de chocolate para ver si salía algo, y terminé vendiendo 200 huevos ese año. Fue una locura”, señala.
Ha llegado a preparar 400 huevos en un mes: “Es un trabajo duro pero muy satisfactorio”.
“En ese momento vivía con mis papás y mi único aporte económico lo había perdido cuando tuve que cerrar la casita de fiestas. Por eso empecé a vender los huevos. Después siguieron budines, alfajores y así empecé a cocinar”, cuenta.
Al principio empezó viendo videos de Youtube y luego estudió Pastelería. Ya no volvió con Arquitectura. Sí con el salón de eventos: “Arquitectura lo dejé definitivamente, me di cuenta que no era por ahí mi camino”.
