Sol tiene 25 años, es de La Plata y luego de probar estudiando en varias facultades,
quiso dedicarse a lo que más le gusta. Empezó con la idea de trabajar en ventas y
publicidad, tras haber tirado Curriculum por seis meses y no tener suerte, decidió
emprender.
En el 2017 invirtió sus ahorros con la idea de revender bikinis, y ahí evidenció un
problema: “todas las marcas tenían o talles muy chicos o talles grandes y yo quería
tener una curva más completa”. Incluso, le generaba incomodidad, cuenta, “ni
siquiera poder venderle a mis amigas” porque los talles eran universales.
Así que en ese momento empezó a averiguar qué tan difícil era fabricar, “sin tener
idea de qué telas usar ni nada de eso, ahí empezó a picarme el bichito de querer
diseñar y hacer yo, mi propia ropa con mis propios talles”.
Comenzó mirando videos, buscando tutoriales y culminó por contratar talleristas y
profesionales para empezar a hacerlo. “No hay chances de que tenga un
emprendimiento y no tenga talles. No era una posibilidad para mí” sostuvo.
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En este momento, su marca tiene más de 20 mil seguidores, no solo vende bikinis y
mallas, sino que incorporó corpiños, remeras, buzos, pantalones y accesorios que
todas las personas pueden usar, sin importar su sexo, genero o cuerpo.
Cada vez que lanza un nuevo producto, en cuestión de horas se agota, y
comercialmente, es una realidad que tener todos los talles le abrió un abanico
mucho más amplio. “Hace que tengas más posibilidades de vender”.
En términos de ropa y tamaños cuenta que “hay una demanda muy grande y hay
muy poca oferta”, entonces “todo lo que se pueda ofrecer con variedad de talles,
siempre sale”. A su vez, plantea una problemática y es que “todos necesitamos
vestirnos, por más que la sociedad quiera que exista el talle único”.
Para lograr tener tanta llegada, cuenta que no fue fácil, y que casi no invierte en
publicidad. Por lo tanto, si bien le costó, generó un cúmulo de seguidores orgánicos.
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Otra de las formas de llegar al público que la caracteriza, es que dentro de sus
campañas de promoción de los productos, realiza sesiones de fotos inclusivas,
donde muestra los diferentes cuerpos y formas de usar sus productos. Y al
preguntarle si recibió críticas en cuanto a eso expresa: “si recibí comentarios feos,
pero la gente detrás de una pantalla siempre comenta cualquier cosa, pero mi
público y mis clientes, siento que se fidelizaron mucho más”.
Gracias a estas sesiones “se pudo hablar de un tema que en las redes no se estaba
hablando tanto, y que era necesario hablar. Y generó un efecto positivo” afirma. Al
mismo tiempo que cuenta que al principio, las críticas las recibía desde el
desconocimiento. Por ejemplo, le decían que no iba a vender tantos talles, que tener
tantas modelos no servía. “Pero con el paso del tiempo esos comentarios se
revirtieron”.
Organiza producciones de fotos donde siempre hay mujeres de diferentes edades y
cuerpos, entendiendo que su emprendimiento nació en un contexto en el que estos
temas eran tabú, agrega que “las primeras producciones de fotos ‘inclusivas’ pude
hacerlas recién en 2018, y fue gracias a Sofi, una de las modelos que para mí, es
una inspiración”.
“Ella fue la primera persona que se animó a ser modelo en un momento en el que
no se veía tanto. Y a partir de ahí, empezó a emerger el movimiento plussize. Ahora
se ve mucho más, pero de todos modos, me cuesta conseguir modelos, no hay
tanta diversidad todavía”.
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En cuanto a su trabajo, Sol afirma: “hago esto con placer, a mi me encanta lo que
hago y la verdad es que lo que muestro son mis propios valores”, “Cuando empecé
supe que mi emprendimiento tenía que mostrar mis valores, mi manera de pensar.
Lo que yo soy, además de los diseños que voy a hacer”.
“Es súper enriquecedor esto, porque además recibo comentarios re lindos”, “a veces
me da un poco de cosa porque siento que nadie me tendría que estar agradeciendo
por conseguir una prenda de su talle, pero también lo acepto, lo valoro y me ayuda a
seguir teniendo ganas de seguir haciéndolo”.
