Lamentablemente, este tipo de acciones continúan ocurriendo. A veces (la gran mayoría) con víctimas fatales y en otras, con mujeres que logran escapar. Pero la secuela queda. Difícilmente se borra.
Este nuevo caso de acoso y amenazas constantes se inició en un gimnasio de La Plata. La víctima, una joven venezolana. El agresor, un adulto que también concurre a dicho centro deportivo.
Generalmente, la metodología y accionar en este tipo de casos comienza con acercamientos; posteriormente amenazas, y por último, lo peor.
En esta oportunidad, Nabila, una joven venezolana de 28 años hizo público su descargo en redes sociales y lo quiso compartir con LAPLATA1.com.
“Jamás le conteste. Cambié de horario en el gimnasio y no sabía cuándo podía ir. Me da terror. Me iba corriendo. No fui mas, por no querer tener contacto. Consiguió mi Instagram, y siempre me respondió las historias. Subidas de tono, cómo me vestía y me incómodo. Quería salir conmigo. Me aseguraba y amenazaba diciendo que iba a hacerlo. Me envió miles de mensajes, lo bloqueé, y eso generó un conflicto. Empezó a decirme que era una hdp, que me iba a encontrar, a violar, a cagar a patadas en el culo, y demás”, relató.
“Me vacuné y había puesto que iba para allá, iba a ir corriendo. Asimismo me qué pena que era lesbiana. Al principio me hablaba bien, pero el acoso fue progresivo cuando encontró mi Instagram entre todos los contactos del gimnasio.Al día recibía más de diez mensajes de él. Si no respondía, mandaba más y más. Después empezó a hacer comentarios sobre mi físico y subidos de tono, acerca de mi orientación sexual. Me preguntaba si me gustaba él, si quería salir, etc. Nunca le dije nada. Me insistía todos los días, me pedía el número”, agregó.
Y completó: “Me amenazó diciéndome que me limpiara la boca antes de hablar de él. Si te veo en la calle, te parto al medio. Te metiste con un argentino. Volvete a tu país de mierda. Esas patas valen la pena. Bloqueame todos los días. Un beso grande negrita mía. Me tendrás en Instagram por el resto de tus días. Si me bloqueas, volveré otra vez. Antes de suicidarme, te echaría un buen polvo. El viejito te coge cinco horas sin parar. Te voy a encontrar, y muchas cosas más”.
