Según se detalla en la disposición, con la compra se pasará a contar con 25 formaciones de ocho coches cada una que reemplazarán a los veinte equipos Toshiba. La inversión permitiría también mejorar las frecuencias en los distintos ramales con los que cuenta dicha línea.
La operación, que costará alrededor de 316 millones de dólares, se autorizó a través de la resolución 1382-E/2017, firmada el 29 de diciembre pasado, pero que fue publicada ayer en el Boletín Oficial.
Entre las justificaciones de la misma, se hace hincapié en la "necesidad de contar con una flota homogénea, en función no solo del proyecto RER (que prevé interconectar en forma subterránea todas las líneas de ferrocarril) sino también para cuestiones que hacen a la planificación de los servicios, a la seguridad operativa, la compatibilidad con el material nuevo ya en circulación y con los sistemas de señales a instalarse".
La resolución afirma que se decidió reemplazar completamente la flota Toshiba por material de origen chino idéntico al que ya circula en el Roca, dado que los japoneses ya han "excedido largamente su vida útil de 30 años" y que "efectuarles reparaciones o adaptaciones tecnológicas para llevarlos a estándares de seguridad, rendimiento y confort actuales resultaría antieconómico".
La resolución se tomó en el marco del convenio entre países firmado entre la Argentina y China durante el kirchnerismo, en particular el Contrato para el Suministro de Equipamiento Ferroviario, Repuestos, Herramientas, Documentación Técnica, Servicio Técnico y Capacitación Técnica, firmado el 23 de mayo de 2013.
