Diputados opositores que intentaban acceder al Congreso para tratar la reforma previsional protagonizaron incidentes con agentes de Gendarmería, que mantenían valladas las inmediaciones del palacio legislativo.
Axel Kicillof, Máximo Kirchner y Miriam Bregman, entre otros, pedían a la fuerza federal que se retire del lugar después de denunciar que el Gobierno había "militarizado" la sesión.
Todo ya había arrancado con una tensión extrema: manifestantes empezaron tirar piedras, huevos y botellas a los periodistas y legisladores que se encontraban del otro lado. En el ataque voló un teléfono celular.
En ese momento, varios legisladores opositores, entre ellos Myriam Bregman y Nicolás del Caño, se acercaron para calmar a los protestantes. Sin embargo, fueron recibidos a los botellazos.
Antes, el jefe de bloque del kirchnerismo, Agustín Rossi, le había pedido al oficialismo que detuviera "el operativo represivo" sobre la marcha y se había anticipado a una sesión caliente.
El Ejecutivo dispuso un operativo de seguridad en el que participan policías y gendarmes en un total de 1.500 efectivos.