Laburaba en un restaurante de La Plata, cerró y dio un vuelco a su vida con los IFE de 10.000 pesos: "Era por mis hijas"

Milagros tiene 26 años, es de Los Hornos y superó un momento muy bravo. Hoy recuerda con risas cómo fueron los primeros tiempos de su iniciativa: "Yo les quiero demostrar a ellas que cuando se cierra una puerta tenés que salir adelante igual"
Sociedad 01/05/2024 . Hora: 11:13
Laburaba en un restaurante de La Plata, cerró y dio un vuelco a su vida con los IFE de 10.000 pesos: ”Era por mis hijas”
Francisco Angulo
Por Francisco Angulo
Periodista.

Milagros tiene 26 años, es de Los Hornos y en la pandemia sufrió una situación muy dura: el restaurante donde trabajaba cerró y se había quedado sin ingresos. Pero fue el comienzo de otra historia. Una historia mucho más linda y que se mantiene.

“En la pandemia me quedé sin trabajo. Entonces fui pensando qué podía hacer para tener un ingreso ya que tengo dos nenas. En ese momento eran de 4 y 6 años”, recuerda en diálogo con LAPLATA1.com.

DENGUE PBA

La joven trabajaba en el local Rocinante. Directamente cerró. No le pagaron la última semana. Fue un momento muy complejo: “Lo único bueno que destaco de todo fue la experiencia con platos que no conocía y que aprendí a trabajar en cantidad y rápido”.

“Eso me permitió darle variedades a la gente que me compraba comida. Por ejemplo mis vecinos del barrio que por ahí no tenían la oportunidad de ir a un restaurante y de repente yo les ofrecía ensaladas que nunca habían probado o incluso me pasó con el tiramisú que es un re clásico en un restaurante pero no tanto para la gente de barrio”, reflexiona.

MLP

“Se me ocurrió empezar haciendo postres en bandejitas como hacía en el trabajo. Me arriesgué con seis postres. Lo publiqué en las redes y enseguida los pude vender. Después fueron 15 pedidos en un día, después 20 y luego 30”, comenta Milagros.

Así fue que agregó más cositas dulces y hasta milanesas para vender por la noche. Se había ampliado rápidamente: “Al principio no podía hacer papas fritas porque no tenía una sartén grande. Mi papá ahí fue clave porque me compró una freidora”.

CABA - DENGUE

“Con el primer IFE de 10 mil pesos yo compré toda la materia que necesitaba para hacer la crema, el dulce de leche, las galletitas. Fui obteniendo más ganancias. En ese momento todavía no tenía batidora; lo hacía todo a mano con un tenedor”, dice con alguna risa.

Con el segundo IFE se compró la batidora y ahí fue bastante más fácil: “Por suerte a la gente le gustó, me decían que estaba todo riquísimo. De hacer bandejitas para darte un gusto me empezaron a pedir para cumpleaños, casamientos o bautismos. Era otra cantidad. Fue un logro importantísimo. Lo había empezado para subsistir. Por mis nenas”.

Otro apoyo clave de su papá: le compró una cocina industrial. Milagros sonríe cuando recuerda los malabares que hacía con un horno común para entregar los pedidos en tiempo y forma, Se hacía casi imposible. Su mamá ayudaba con las papas y hasta su primo se sumó a la iniciativa haciendo los repartos en moto. Él también se había quedado sin laburo. “¿No querés probar? Te pago por los deliverys?”, le propuso, y el joven ya estaba subido a la moto.

Hoy Milagros vuelve a concentrarse solo en los postres y deja una linda reflexión final: “Nunca quise depender de alguien. No quería molestar a mis papás con mis cosas. Son mis hijas. Yo les quiero demostrar a ellas que cuando se cierra una puerta tenés que salir adelante igual. Eso lo tomé de mis papás que siempre se rompieron el alma trabajando”.

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